¡¿Cómo que no era Daisy?!
Pues el tatuador se habia equivocado. Llevaba dos dias repasando el nombre de "Daisy"en una pequeña hoja de papel por lo intrincada y díficil que era la fuente que habia escogido el cliente dos semanas antes de su cita.
-Nunca he hecho esta letra antes, es muy dificil- pero cambio de opinion cuando le propusieron un pago extra.
Habia comenzado a estudiar los trazos, la fuerza, el movimiento y la zona en que llevaria su cliente el tatuaje. Practicó sobre un almohadon de algodón y el nombre le salio pefecto aunqu el tejido fuese mas delicado y abosorbente. Y vino a fallar justo en lo más importante.
El cliente al verse terminado su tatuaje tras el hombro a través del espejo comenzo a llorar.
-"No, yo nunca le dije Daisy. Ese no es el nombre correcto"
El tatuador pensó diez mil veces de donde había surgido ese nombre. Recordaba perfectamente haber recibido el mensaje, haber enviado los bocetos y haber corregido algunos detalles a ultima hora y siempre decía Daisy en cada uno de ellos.
El cliente revisó su teléfono y lo volteó para enseñarle al tatuador que no era cierto. Habia otro nombre en las fotos, otro nombre en los mensajes y bocetos, y ese mismo nombre empezaba a regrsar a su memoria como el nombre de aquella niña, la que nunca pudo abrazar por no llegar a tiempo.
Las maquinas cayeron de sus manos y el suelo comenzó a salpicarse de tinta negra. Las flores que se dibujaban en accidentalmente eran las mismas que llevó en su traje de luto. La loza del suelo era la misma de la sala de emergencias. Los gritos del señor enojado eran sus gritos al regresar a casa. Los pies manchados de tinta eran sus pies engrasados huyendo en moto por carretera. Habia cruzado la frontera de la memoria y empezado desde cero, o eso pensaba.
-¿Y ahora como me quito este error de tatuaje?
El tatuador levantó el rostro negro, cubuerto por toda la tinta que habia absorbido durante esos años para cubrir su trauma.
-Lo siento, fue todo mi culpa. Dejeme solucionarlo y le cuento mi historia.
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Tatuajes para no mostrar
Short StoryLa piel lleva marcas que nos identifican, tatuajes que nos hizo el pasado, dolorosos todos. Algunos nos adornan, otros nos estigmatizan. Ninguna piel está a salvo de las agujas invisibles.
