Solo cuando quedo a ciegas me doy cuenta que estoy enamorado.
De repente, me quedo palpando la paredes de una casa ajena. Busco interruptores y puertas, camas en las cuales reposar. Tropiezo con los muebles y los adornos. La casa es enorme mientras no la conozco.
Los muros se ensucian con mis manos. Las mesas se rompen en los bordes de tanto chocar con mis rodillas. Aún así desconozco que hay bajo la cama o que cuadros adornan los muros.
El anfitrión me describe lo que no veo, y yo solo puedo creer. Mis manos descubren el polvo sobre los muebles y las ventanas rotas. El viento entra por las rendijas de la puerta. Ninguna casa es perfecta me consuelo.
Llega el dia en que puedo verlo todo. Los muros descoloridos marcados por mis manos. El polvo por todos lados incluso sobre mi. Ese dia descubres que el retrato de alguien más llena los muros. Huyes.
Y en menos de lo que quieres, estas a oscuras descubriendo nuevas paredes y habitaciones con las manos.
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Tatuajes para no mostrar
Short StoryLa piel lleva marcas que nos identifican, tatuajes que nos hizo el pasado, dolorosos todos. Algunos nos adornan, otros nos estigmatizan. Ninguna piel está a salvo de las agujas invisibles.