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Una vez finalizado el tatuaje Lexis le pidió al señor que le diera un minuto. Había pasado sentada en aquella silla seis horas, y solo habia tomado una pausa. No había ido siquiera al baño aun. La chica se sirvio un poco de agua en un baso de cristal y regreso a terminar el pago de su servicio.

Fue entonces que el hombre le pidió unos treinta minutos para esperar por su hermano que venia a traerle el dinero en efectivo. Eran ya las 6 pm y el estudio estaba cerrando. Lexis queria discutir con el señor pero debia mejor quedarse callada y esperar los treinta minutos. Sus compañeros de trabajo cerraron sus puestos y el señor parecía no querer moverse de su camilla. Llevaba un par de calaveras tatuadas en ambos pectorales que se miraban entre si y un ángel negro en medio del pecho. Lexis se preguntaba por que aún no se colocaba su camiseta. Estaba un poco asustada ya y le texteo a uno de sus compañeros.

¿Hey te puedes quedar unos minutos mas conmigo? Este tipo esta raro y estamos esperando por el dinero.

Kiddo, el otro tatuador, llevaba el telefono en su mochila y no vio el mensaje hasta esa noche a las 12 am.

Habían pasado ya los 30 minutos y Lexis le dijo a su cliente.

Si no quiere pagar lo siento pero voy a llamar a la policia. Entonces el señor levanto la mano y ella retrocedio a tiempo apara evitar un bofeton. El tipo le agarró del hombro y ella reaccionó lo más rápido que pudo. Agarró una aguja y la encajo durectamente en la mejilla del tipo.

El hombre retrocedió tratando de quitarla y de ablanzarse sobre la pequeña tatuadora. Ella empujó su pequeña silla con ruedas hacia el y se tropezo. Cayo sobre Lexis justo para que las tijeras que llevaba en su mano perforaran una de las calaveras.

Cuando la ambulancia llego por el señor, estaba perdiendo mucha sangre y la artista le explicaba la situación a unos policías.

Lexis llamó a los dueños del estudio para contarles lo que había pasado y la terminaron despidiendo.

A los dos dias recibió una notificacion del banco por la suma de 1600 dolares y una nota que decía

¡gracias por mi tatuaje... cuando salga de prision voy por otro, perra!

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