- Yo se que realmente es que no le importo. Pero también se todo lo que a ella gusta.
El hombre levantó una ceja mientras dibujaba un arbusto de rosas en el hombro del chico.
- y le encantaron las flores- dijo un mes después- me dió un beso sobre el tatuaje y nos acurrucamos la noche completa.
Con la ceja en alto, el hombre seguía incrédulo dibujando esta vez una galaxia en colores.
- ...Claudia... en el pecho... ella quiere tatuarse mi nombre también- el artista ni siquiera lo miró ese día.
La última vez que la aguja le perforó, fue para intentar cubrir su decepción. Al terminar aun podía ver, bajo el cúmulo de burbujas negras, restos de ella.
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Tatuajes para no mostrar
Short StoryLa piel lleva marcas que nos identifican, tatuajes que nos hizo el pasado, dolorosos todos. Algunos nos adornan, otros nos estigmatizan. Ninguna piel está a salvo de las agujas invisibles.