4.

213 13 0
                                    

Josie y su padre caminaban de regreso a la oficina. Caminaron tan rápido como puedieron al escuhar un alboroto en el la oficina. Abrierón la puerta con fuerza encontrandose con un gran desastre.

- "¿Qué pasó aquí?"-preguntó el Dr. Saltzman confundido.

- "... Tuvimos un... un... un pequeño desacuerdo."-tartamudeo Lizzie, actuaba muy raro.

- "¿Pequeño? ¡Lizzie, la oficina esta destruída!"- gritó el Dr Saltzman.

- "¿Lizzie, qué le hiciste?" -preguntó Josie corriendo rápidamente a Hope revisando si tenía alguna herida.

- "¡YO! ¿Por qué siempre creen que es mi culpa? ¡YO NO HICE NADA!"-Lizzie estaba furiosa, después de todo no era la primera vez que le hechaban la culpa de algo, y no creía que fuera a ser la última.

- "Niñas..."-trató de calmarlas su padre.

- "EXPLICA LA OFICINA."-demandó Josie preocupada revisando a Hope. -"¡Esta hecha un desastre, Lizzie! ¿QUÉ LE HICISTE?"

- "Yo no fui..."-suspiró Lizzie. -"Pero no me vas a creer. Nunca me creen... ¿Saben qué? No me importá que le pasé Hope, no voy a ayudar... No me importa... Es su culpa. No mía."

Lizzie salió de la habitación enojada, después de todo, para ella era verdad. Desdé la aparición de Hope Mikaelson todo era culpa de Lizzie. Incluso cuando Hope hablo mal a sus espaldas, Hope seguía siendo la chica perfecta. No importa cuanto se esforzará Lizzie, Hope siempre iba a ser mejor.

- "Lo siento..." - susurró Josie en shock.

- "Josie..." -susurró su padre.

- "Lo siento... Tengo que ir a otro lado."

Josie se pusó en pie y camino al granero. Solo había estado ahí para fiestas, pero en ese momento el granero era el lugar más alejado de todo. El lugar donde podría estar a solas con sus pensamientos... O más bien el lugar donde trataría de desifrarlos. Después de todo su mente era un desastre. ¿Por qué se preocupaba tanto por Hope? ¿Por qué le preocupaba tanto lo que le pudiera pasar? Solo se había sentido así una vez en el pasado, pero creía haberlo solucionado. ¿Por qué todo volvía ahora? ¿No lo había enterrado ya? ¿No lo había olvidado ya?

Pasarón cinco, quince, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta minutos y una hora; y Josie no podía dejar de pensar mientras amargas lágrimas corrían por sus mejillas. Había insultado a su hermana. Tecnicamente le había gritado en la cara que no confiaba en ella. Ahora Lizzie estaba furiosa con ella y tenía todo el derecho.

Pero de pronto la escuchó... Pasos... Bueno, unos pasitos... El sonido de patitas caminando hacía ella. El sonido de Hope.

- "Hola..." -la voz de Josie salió débil pero con una pisca de felicidad y reconforte.

- ¿Comó sabías que estaba aquí?" -sonrió al acercarse y acariciar el lomo de Hope con delicadeza.

- "En serio siempre nos proteges, ¿verdad?" -Hope descansó su cabeza en las piernas de Josie.

Josie no dijo nada, solo disfruto el sentimiento, era como un abrazo. No era convencional, no era normal, no era perfecto, pero era hermoso, era único, era lo que necesitaba.

- "Gracias..."

Y otra vez, cinco minutos, quince, treinta minutos, pero esta vez se sentían diferente. Esta vez eran hermosos minutos. Sentía todo la confusión desaparecer, tal vez aún no tenía sus respuestas y tal vez aun habían secretos que guardaba. Pero ya no la abrumaban, ya no se sentía sofocada....

- "¿Hola?"-escuchó una el eco de una voz por el granero.

- "Hola..." -saludó Josie a aquella voz.

- "Ah... te encontre... Bueno, las encontré."

- "¿Quién eres?"

- "Me llamo Rebekha y vine a ayudar a mi sobrina..."

- "¿Tu eres...?"

- "Rebekha Mikaelson y alguien me dijo que Hope necesita mi ayuda..." -sonrió.

Eres mi HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora