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Para cuando les dieron el alta, Minghao se fue junto al cachorro directo al departamento del alfa donde; Mingyu y Wonwoo estaban llevando el resto de las pertenencias del chino menor pues ya habían decidido vivir juntos nuevamente.

Sabían que ese era el lugar perfecto para que Renjun creciera cómodo y en familia.

Siempre estarían en deuda con Jisoo. Después de todo, fue gracias a él que recuperaron a su hijo.


El rubio estaba muy tranquilo dándole de comer con biberón a su hijo quien lo miraba con ojos de amor:


- Pequeño omega descarado ¿Estás tratando de robarme a tu papá? –Minghao le pellizcó una de sus mejillas- yo lo vi primero.

El bebé soltó la mamila y giró su rostro hacia donde su padre lo veía, solo para gruñirle un poco y volver a su mamila. Xu se rió burlón.

- Dos meses de vida y ya te gruñe, tendremos una adolescencia difícil –comentó el rubio entre risas- voy a empezar a hacer ejercicio desde ya. Ningún alfa imbécil se va a quedar con mi bebé.

- Es un posesivo, no le gusta compartirte –Hao sonrió acariciando el rostro gordito de su hijo- ¿No te gusta que bese a papá?

El bebé siguió comiendo entre gruñidos que soltaba cada que su padre se acercaba.

- ¿Qué le pasa a esta bolita de grasa con cara bonita? –preguntó divertido Xu- Solo eres un pequeño omega consentido que cree que va a robarme a mi alfa.

- Estas siendo infantil, Minghao. Renjun solo es un bebito que quiere mucho a su papá ¿Verdad, Junnie?


Ninguno de los dos podía parar de mirarlo, amaban demasiado a su hijo. El rubio se lo entregó al omega que, mientras le hacía eructar se sentó entre las piernas de su alfa recostándose en el pecho de su prometido.


- Los amo mucho –dijo mientras acariciaba el cabello oscuro del menor.

- Nosotros también te amamos, alfa.


*-*-*-*-*-*


Tiempo después, un pequeño Renjun de casi diez meses de edad, estaba en pañales, quedándose dormido sentado en la alfombra acolchada de la sala rodeado de juguetes y abrazado a un peluche de gato que su tio Wonwoo le había regalado. Mientras miraba de reojo las caricaturas en la tele.

Minghao en la cocina preparaba la cena, mirando al pequeño a cada rato para evitar que hiciera alguna travesura.

El sonido de la puerta y el aroma del alfa hicieron al cachorro espabilarse un poco, movió su naricita buscando el aroma y gateando hasta que se topó con los zapatos de su padre.


- Oh buenas noches, pequeñín –lo alzó en brazos y de inmediato el pequeño se acurrucó en su pecho.


Sonrió y dejó un tierno beso en la cabellera negra del cachorro, caminó con cuidado esquivando los juguetes regados en el camino hasta que llegó a la cocina encontrando a su precioso omega con una hermosa sonrisa.


- Ranita –saludó caminando hacia él.

- Se inclinó para recibir un pequeño beso en los labios y sonrió con gusto- ¿Qué tal el trabajo?

- Nada del otro mundo –le robó otro piquito- casi me quedo sin estilista pero no la despedí solo me negué a teñirme de rosa.

- Te verías... interesante con el cabello rosado –respondió con una risita mientras acariciaba las mejillas de su cachorro que ya estaba profundamente dormido.

- No voy a reconsiderarlo por que seas tú quién me lo esté pidiendo. Quizás borgoña, pero definitivamente rosa es un NO.


Minghao le hizo un puchero exagerado que terminó en unas cortas carcajadas. Se acercó para besar nuevamente a Jun y se separó al escuchar un pequeño suspiro de la boquita de su bebé.


- Le encanta la combinación de nuestros aromas –comentó el rubio mirando al bultito escondido en su pecho.

- El menor asintió con una sutil sonrisa para luego hablar- La cena ya está lista. Puedes ir a tomar una ducha y yo acuesto a Renjun. Son las 8:15 pm ya es hora para que esté contando estrellitas y no esperando a su papá, luego se está quedando dormido en todas partes al día siguiente –lo tomó de los brazos del rubio y se lo llevó.

- Es un bebé, mi amor. Es normal que sea muy consentido, además... ¿de qué te vas a quejar? Eres igual de consentido –se burló con rumbo al pasillo.

- Junnie... No digas esas cosas de mí. Desde que nació Renjun he dejado de ser así –alzó un poco la voz para que llegara al baño.

- Eso crees –se burló Jun- Eres un bebé malcriado y consentido, con otro bebé malcriado y consentido.


El omega solo lo aceptó con una sonrisa. Poco después arrullando al bebé hasta llevarlo a su habitación.












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Pues.... ¡¡Hemos llegado al final de la historia!!!

Gracias por acompañarme hasta acá, y al autor original por dejarme hacer su adaptación. Sin embargo... ¡Quedé con ganas de más! ¿Ustedes no?

Tengo ganas de añadirle entre uno y tres capítulos extras para terminar esta dulce historia, has al momento mis ideas son:

Junhao: Pedida de matrimonio oficial

Seoksoo: Seremos padres

Soonhoon: una difícil reconciliación

Jeongcheol: el trauma de Dino


Los que reciban más comentarios, o nuevas (y mejores ideas) que me dejen aquí serán bien recibidas. En lo que tenga definidas las ideas añadiré los extras. Por ahora...

Colorín Colorado... Esta historia ha terminado.

Perdóname, HaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora