Te amaré

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—Todo saldrá bien. —dice el rubio quien arreglaba mi corbata.

—Lo sé, pero me da nervios.

—Ese hombre te ama y te lo demuestra todos los días.

—Hemos pasado por tanto, Maxi. —suspiro.— Nos costó tanto que llegara este día que a veces pienso que estoy soñando.

—Pero ustedes mismos han demostrado que el amor es más fuerte.

—Si, lo sé, aunque a veces me da miedo que en cualquier momento pueda pasar algo y esto se acabe.

—Mientras ustedes dos se sigan amando, nada ni nadie los separará.

Puedo oír el bullicio de la gente dentro del salón, me aferro a mi ramo con tulipanes como si de ello dependiera mi vida. Asumo que mi padre se dio cuenta de ello, porque con mucha delicadeza me quita el ramo, dejándolo sobre la mesita que había cerca.

—Esperé durante mucho tiempo este momento. —toma mis manos.— Me hace muy feliz saber que te casas con Lewis porque sé cuánto te ama. —sonríe.— Ustedes dos han pasado por muchas cosas, pero siempre vuelven a estar juntos y es porque están destinados a estarlo. Quizás en los tiempos que estamos aún es difícil, pero luchen siempre. Luchen por ese amor que se tienen y por ese hermoso nieto que me han dado.

—Gracias, papá. —sonrío.— De verdad gracias por apoyarnos.

—Eres mi hijo, siempre lo haré.

Suspiro y tomo nuevamente el ramo, una suave melodía comienza a oírse y el bullicio de la gente desaparece cuando las puertas del salón se abren dándome la visión completa del interior, sin embargo, mi mirada sólo se fija en el hombre moreno parado en el altar que viste un traje blanco con negro.

La emoción me va invadiendo a cada paso que doy, las lágrimas caen por mis mejillas al igual que las de él.

—Te ves hermoso. —susurra.

—También tú, mi amor —sonrío.

A medida que la ceremonia avanza, los nervios poco a poco se van y a pesar de que de vez en cuando la emoción me gana y dejo caer una que otra lágrima, no puedo quitar la enorme sonrisa de mi rostro.

—Lewis. —murmuro con mi voz entrecortada cerca del micrófono.— Prometo asegurarme de no estar simplemente hambriento antes de ponerme de mal genio y también prometo no hacerte spoiler sobre tus series favoritas, a menos que esté enojado contigo, ahí sí lo haré. —sonrío.— Prometo amarte, aunque prometer amarte es como prometer respirar, es algo que hago de forma natural. Cuando digo que te amo es porque de verdad te amo, no un te amo a tontas y a locas, porque cuando te amo el mundo se llena de colores y paz, porque cuando te amo el mundo se vuelve bueno. —suspiro.— Te amo porque te amo, porque me sería imposible no amarte. Te amo sin cuestionamientos, sin cálculo, sin razón, bueno o malo, fielmente, de cuerpo y alma, y con pleno conocimiento de ello. —deslizo el anillo suavemente por su dedo anular.

—Sergio. —sonríe.— En este viaje llamado vida, prometo ser tu compañero de aventuras. Juntos pilotaremos cada circuito que el futuro nos depare, por muchas curvas que este tenga, siempre me mantendré a tu lado. Desde el momento en que te conocí, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Eres mi mejor amigo, mi amante y mi alma gemela. Prometo amarte y cuidarte siempre, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad. Prometo ser tu mayor apoyo y tu mejor compañero de viaje, incluso cuando me hagas enojar, me hagas reír, me hagas llorar o me engañes haciéndome comer cosas extremadamente picantes diciéndome que lleva salsa de la que no pica. Prometo ser tu cómplice en todo lo que hagas, y prometo siempre estar a tu lado, apoyándote en todo lo que te propongas. Te amo más que a nada en el mundo. —pone el anillo en mi dedo con delicadeza.

—Pueden besarse. —dice el juez frente a nosotros, mientras nos guiña un ojo y sonríe.

Acto seguido, abrazo a Lewis por el cuello, atrayendo hacia mi para besarlo, quien corresponde el beso gustoso.

Al salir del salón, luego de ser felicitados por todos los presentes, nos pasamos al jardín en donde es nuestra fiesta.

—Amado esposo, ¿aceptarías bailar conmigo? —pregunta el moreno estirando su mano.

—Claro que sí, amado esposo. —sonrío, tomando su mano, abrazándolo.

Ambos caminamos en dirección a la pista de baile donde todos estaban observándonos.

"Con la paz de las montañas te amaré,
con locura y equilibrio te amaré.
Con la rabia de mis años,
como me enseñaste a hacer,
con un grito en carne viva, te amaré."

Lewis me atrae a su cuerpo, abrazándome mientras nos balanceamos suavemente en un vaivén al compás de la canción, mientras le susurro.

"Por ponerte algún ejemplo, te diré,
que aunque tengas manos frías te amaré.
Con tu mala ortografía
y tu no saber perder,
con defectos y manías, te amaré."

Se separa levemente de mi para cantarme ese trozo de canción mientras ríe, dejando luego un tierno beso en mi nariz.

"Al caer de cada noche esperaré
a que seas luna llena y te amaré,
y aunque queden pocos restos
en señal de lo que fue
seguirás cerca y muy dentro te amaré.

Te amaré, te amaré,
a golpe de recuerdo.
Te amaré, te amaré
hasta el último momento
a pesar de todo, siempre te amaré."

Terminamos de bailar y comenzamos un tierno beso, que poco a poco se va alargando, el cual es recibido con aplausos de los invitados.

A medida que avanza la noche, la fiesta comienza a ambientarse y con un par de tragos en el cuerpo todos nos motivamos a bailar. A pesar de que a algunos les parece extraña la música latina, no logran evitar mover sus caderas al compás de esta.

Recuerdo pocas cosas de la boda, sólo me acuerdo que Charles fue quien recibió el ramo de flores, Carlos que estaba un poco pasado de copas no podía creerlo y le pidió matrimonio como diez veces a Charles. Además de que Max celebraba que Kelly no lo hubiera atrapado y creo que ella se enojó por eso.

Sólo sé que me dormí abrazado al amor de mi vida, quien ahora es mi esposo.

No Regrets - ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora