Donde Park Jimin es un chico bastante tímido, inocente y reservado, siendo su único amigo Kim Namjoon.
Un día, Namjoon le pide acompañarlo a una sesión de tatuajes donde conoce al reconocido tatuador nato Jeon Jungkook, con quien sintió una conexió...
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Jimin leyó los mensajes con una mueca en sus labios, los releyó una y otra vez, abriendo y cerrando el teclado de su teléfono, no sabía si contestarle o dejarlo en visto, por una parte si quería pero por otra no.
Mordisqueó su labio y finalmente bloqueó su celular sin responder soltando un suspiro, Namjoon al oírlo suspirar lo volteó a ver un segundo para no despegar su vista de la carretera ya que venía manejando.
—¿Ese suspiro a que se debe?. Haz estado raro desde ayer. ¿Pasa algo?.
Jimin lo miró y se acomodó en el asiento del copiloto.
—Nada, exámenes, tareas, proyectos, en resumen, la universidad me tiene cansado.— mintió aunque no era de todo una mentira puesto que era real lo que había dicho
—Ya falta poco para acabar Minnie, solo aguanta un poquito más.— le dijo el moreno haciendo una seña con sus dedos y Jimin sonrió
—Gracias por traerme hoy.— agradeció y el contrario asintió
Había ocasiones en las que Namjoon lo alcanzaba a la universidad cuando tenía clases matutinas, ya que le quedaba de paso. Namjoon ya había terminado sus estudios dos años atrás, estaba trabajando para una empresa en marketing digital.
Cuando llegaron al destino del rubio, este se despidió con una sonrisa de Kim y salió del coche dirigiéndose hacia la entrada, Namjoon lo vio entrar para quedarse tranquilo.
Él sabía perfectamente sobre los "matones" de Jimin, pero siendo sinceros, no podía hacer gran cosa, él le enseñó a Jimin a ignorar a todas las personas que no tuvieran buenas intenciones con él, le enseñó a defenderse con el puro silencio. Por supuesto que le causaba impotencia no poder defenderlo él mismo dentro de la universidad, pero tampoco creía que eso sería buena idea, ya que mucha gente se burlaría o inclusive se ensañaría con Jimin aún más por tener a alguien que lo proteja siempre cual niño de 5 años.
Namjoon decidió dejar de pensar en eso y ahora se dirigió hacia su trabajo, estacionó y cuando bajó del coche un mensaje llegó a su teléfono.
Lo desbloqueó y frunció un poco su ceño con el nombre del contacto.
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