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Antes de caer al suelo el flash de una cámara lo dejó ciego.

Al abrir los ojos lentamente pudo percatarse de dos cosas; La primera fue que no estaba en la ciudad y la segunda, no se encontraba solo. Habían muchas más personas, algunas levantándose y otras aún no despertaban. Levantó la mirada observando un cielo estrellado y los árboles.

Observó su alrededor, era una jungla, pero aun así esto no se iba a permitir bajar la guardia.

¿Debería intentar escapar o quedarse con los demás?

Beomgyu toda su vida fue un cobarde, siempre dependía de los demás para sobrevivir, ahora que se encontraba solo no sabía qué hacer. Comenzó a caminar apartándose del resto, con total cuidado en caso de encontrar alguna especie de trampa.

Fue ahí cuando se volvió aún más confuso.

Frente a él yacía un enorme muro de rocas, las golpeó escuchando un sonido hueco, no eran reales, pasó sus dedos por encima de aquello lo cual parecían ser lianas, pero eran pintura. Retrocedió de a poco, por encima de aquella barrera de plástico se asomaban luces cálidas.

– ¿Será el amanecer? – Pensó.

Ante la duda optó por revisar su reloj de muñeca, pero aquel ya no estaba, se lo habrían robado. Lo que llamó su atención al mirar hacia abajo, fue los restos de pintura roja, azul y verde manchando toda su ropa.

– ¿Decís que eso sea el sol? Porque de ser así, el cielo se estaría aclarando. – Una voz familiar irrumpió su mente.

Sorprendido giró sobre sus talones.

– Hyuka. – Suspiró sintiéndose finalmente en calma.

El mencionado que se encontraba admirando las luces amarillas, se fijó en su mejor amigo, ambos corrieron al esperado encuentro enredados en un intento de cálido abrazo.

Beomgyu temblaba y las lágrimas comenzaron a escaparse.

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Hola hermanas, volví xp.

Reborn • YEONGYU AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora