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❛❛ IV. an important game ❜❜
El juego comenzó realmente luego de que Kagami haya roto el aro oxidado de los arreglos del entrenador de Kaijō.
— Lamento lo del aro. — Riko hizo una reverencia ante el hombre con Kagami detrás, alardeando con una sonrisa de lado a lado, y el aro colgando de uno de sus hombros. Kuroko estaba a su lado.
— ¿Podemos jugar con la cancha entera? De ese modo se nos facilitaría más. — le pidió al hombre que sin ganas de gastar más en aros rotos en el futuro accedió. Mientras apretaba sus manos contra sus rodillas y temblaba largando un aura totalmente molesta, contraria a la de la entrenadora que sonreía alegremente.
Kagami y Kuroko se alejaron del entrenador antes de cualquier incidente, y entonces la peliceleste vio el momento perfecto para burlarse de su luz, no iba a desaprovechar una oportunidad que se servía en bandeja de oro frente ella...
— Me pregunto cuánto costará la reparación. — Kagami tambaleó en su lugar flaqueando mientras Kuroko caminaba tranquilamente sin voltear para ver la cara de Kagami, claramente, para no reírse.
— ¿¡Hay que pagarlo!? — chilló detrás de ella y ya no pudo aguantar no reír suavemente. — ¡Kuroko, imbécil!
Tuvieron que esperar unos minutos mientras se removía la separación y Kise Ryouta anunciaba que entraría a jugar, la sonrisa victoriosa en Kagami brillaba contra la de Kise que tenía los ojos dorados afilados contra él, aunque se suavizaba a sí mismo al momento de ver a la peliceleste.
[No narraré ninguno de los juegos]
Tras haber sido golpeada por Kise accidentalmente, Kaijo y Seirin fueron testigo de como la copia perfecta de la Kiseki No Sedai entraba en desesperación, tomándola desde la cintura como una pieza de porcelana fría que podría romperse al más mínimo contacto, razón por la que la tomo en brazos y espero pacientemente, sin inmutarse a los de que Seirin hicieran una camilla improvisada, Kise la colocó con cuidado dejando el respectivo bolso de Kuroko en la cabecera de esa camilla mal improvisada para que la peliceleste descansará su cabeza.
Seirin estaba preocupado, su sombra estaba herida e inconsciente, pero para sorpresa de todos, Kise Ryouta acarició con ternura y preocupación la mejilla de la peliceleste, una preocupación genuina brillaba en sus ojos acompañados de culpa.
— Kise, es hora de volver al juego. — Kasamatsu lo llamó sin querer del todo romper el silencio que se creó incómodo para ellos. Por que era más que obvio que el modelo estaba demasiado metido en su burbuja acariciando la mejilla de su ex compañero.
— Sí... - susurró antes de cerrar los ojos y suspirar con culpa levantándose del suelo, le dio una última mirada antes de regresar al juego.
Los de Seirin volvieron a estar solos mirándose, los tres de primer año volvieron hacer como de costumbre, chismosear acerca de la cercanía del jugador de Kaijo con su compañero. Aida Riko parecía estar concentrada en el juego, pero realmente su cabeza estaba dando vueltas en el asunto de esos dos miembros de la Kiseki no Sedai.
