Remus Lupin abrió los ojos de golpe. Su respiración agitada mientras sostenía firmemente la varita en su mano.
Sirius, más joven de lo que debería verse, lo miró arqueando una ceja. "¿Estás bien?"
"¿Estoy muerto?"
"Lo estarás si vuelves a despertarme a las malditas cuatro de la mañana gritando como si te estuviesen asesinando." Sirius le dijo, luciendo de mal humor. Su cabellera larga y rizada atada en un moño con su la varita sosteniéndolo.
¿Qué estaba ocurriendo? ¿estaba soñando?
"¿Qué paso con la guerra?"
"En curso." Sirius bufó. "Solo porque te dormiste un día completo no quiere decir que las cosas cambiaron, Moony."
"¿Y mi esposa? ¿Dónde está Tonks?"
"Ted está en casa con Andrómeda, por lo que sé. ¿Para qué buscas al hombre? ¿Y desde cuando lo llamas por su apellido, Moony?" Sirius lo miró con preocupación en sus ojos grises. "¿Cuándo te casaste de todos modos? Pensé que te gustaban los tipos." Sirius se acercó a Remus, tocándole la frente. "¿Estás enfermo?"
Remus miró en silencio a Sirius, tratando de comprender lo que sucedía a su alrededor. Moony, en su interior, parecía estar vuelto loco llorando por su cachorro y gimiendo, asustado por no poder comprender las cosas.
"Moriste." Le susurró a Sirius.
Él hombre de cabellera negra se acurrucó junto a Remus en la cama de nuevo, mirándolo. Los ojos grises luciendo preocupados y curiosos mientras miraba los brillantes ojos azules de Remus.
"¿Lo hice?"
Remus asintió brevemente, su mano subiendo al rostro de Sirius y acariciándolo suavemente.
"Moriste, no pude hacer nada y luego... luego yo me casé. Años después de tu muerte." Continuó hablando. "Pero no fue lo mismo. Nunca podría."
"Creo que las pociones te están haciendo mal, Moony." Sirius se burló. "Eres él tipo más gay que conozco, no podrías casarte."
"También me gustan las mujeres." Remus se defendió, tratando de darle normalidad a las cosas de forma inútil. No se sentía normal. Nada era bueno ni normal en ese momento para él. Su instinto se lo gritaba.
"Estás confundido." Sirius lo trató como una broma, como si Remus no pareciera asustado y aterrorizado por lo que sea que estuviera pasando por su cabeza.
Remus cerró los ojos, sus brazos rodeando con fuerza a Sirius mientras se acurrucaba con uno de los miembros de la pequeña manada que creía haber perdido.
El vinculo estaba vivo, pulsando fuerte y continuamente en contacto con su magia. Fue aterrorizante, pero al mismo tiempo lo calmó. Ya tendría tiempo luego para descubrir que sucedía.
Mañana, se dijo. Cuando el sol estuviera alto y las cosas no fueran confusas.
.
.
.
James había muerto.
Lily había muerto.
Sirius estaba en Azkaban.
Peter los había traicionado.
Remus gritó. Gritó y lloró. El dolor llenando su cuerpo, su interior. Había perdido a su manada de nuevo y no pudo hacer nada nuevamente. No tuvo un día. No tuvo ni siquiera horas antes de que todo sucediera.
Las cosas sucedieron de la forma en que lo habían hecho antes.
El dolor que una vez había vivido regresó más intensamente.
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Reflejos iridiscentes |Severitus|
Fiksi PenggemarSeverus Snape no esperaba encontrar a una niña de cuatro años acurrucada bajo un árbol de navidad. Y mucho menos esperaba, años después, tener al-niño-que-vivió pegado a él después de una cena en navidad. ¿Qué tipo de broma extraña era aquella? ¿...