💥 Capítulo 6

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«Ha llegado a su destino.» La voz del GPS indicaba que finalmente habían llegado a la que sería su nuevo hogar durante las próximas semanas, meses tal vez. Cuando habían entrado a California, el capitán Dawson les envió la ubicación exacta del domicilio; La Jolla, zona que era reconocida por ser una de las más seguras en San Diego además que de ser de estatus alto.

La casa resaltaba no solo por ser la única de tres niveles en toda la calle de Candlelight Pl, sino también por el color negro de las molduras que enmarcaban la parte más alta y hacía un buen contraste con el blanco en el resto de la vivienda. En el primer nivel estaba la cochera, con un portón eléctrico en color negro, al lado izquierdo de esta se encontraba un pequeño jardín con diferentes especies de plantas y detrás del jardín las escaleras externas por las que se podía subir al segundo nivel donde se encontraba la entrada principal. Tenía una amplia terraza que rodeaba todo el segundo piso. El nivel más alto contaba con un pequeño balcón al medio por el que conectaba las dos habitaciones superiores, ambas con enormes ventanales que permitían ver un poco del interior cuando las cortinas estaban abiertas.

Tanto Holland como Dylan bajaron del Jeep y se quedaron en la acera admirando la belleza del lugar que tenían frente a ellos. Para nada se podía comparar con el departamento donde vivía el ex militar, ni tampoco con la casa de la familia de la joven.

—¿Estás seguro de que es aquí? —sus ojos jade iban de un lado a otro, como si buscara algo.

—Ocho seis dos, es aquí —señaló Dylan a la numeración sobre el buzón que estaba pegado a la pared debajo de las escaleras.

Holland dejó salir un suspiro que denotaba el alivio de saber de que finalmente habían llegado a un lugar seguro. Ya no más carreteras, no más hoteles de paso, no más peligros en medio de la noche. Se abrazó a si misma sintiendo la suave tela del suéter que habían parado a comprar en una tienda cuando el cielo comenzaba a aclarar y las tiendas empezaban a abrir sus puertas.

Lo que más deseaba en ese momento era tomar un baño relajante, cambiar la ropa sucia que llevaba encima y arrojar la peluca cuanto antes lo más lejos posible de su vista. Empezaba a sentir comezón en el cuero cabelludo por el uso prolongado de la misma y sumado al hecho de que no había lavado su cabello en un día entero; el agua de la tormenta de la noche anterior no se podía considerar que lo hubiera lavado debidamente.

—Ustedes deben ser los nuevos vecinos.

La pareja se sobresaltó al escuchar una voz chillona a sus espaldas. Giraron para encontrarse con una mujer rubia muy bien arreglada y cargada de accesorios que se miraban costosos. ¿De dónde había salido?

—Espero no haberlos asustado, soy Roxanne —estrechó la mano con ambos—. Vivo en la casa frente a ustedes —apuntó detrás de ella a la casa en color melón que tenía una canasta de baloncesto frente a su cochera. —Moría de ganas por conocerlos, hace unos días llegaron tres camiones de mudanza y trajeron todas sus cosas.

—Sí, enviamos a la mudanza anticipadamente para que a nuestra llegada estuviera todo listo. Por cierto, soy Dylan Fux y ella es mi esposa, Holland.

«Esposa.» La palabra todavía le parecía ligeramente extraña cuando salía de los labios de su acompañante.

Dawson y Preston se habían encargado de coordinar la llegada de la mudanza, además de asegurarse que el lugar contara con todos los servicios necesarios para ser habitada tales como agua, luz, gas e internet.

—Algo escuché que comentaba uno de los empleados que eran una pareja de recién casados. Permítanme felicitarlos —la enorme sonrisa en su rostro dejaba ver su perfecta y blanca dentadura.

La mujer frente a ellos parecía salida de algún comercial donde se mostraba a la ama de casa perfecta, tan sonriente y bien arreglada. Con una seguridad que demostraba en su postura erguida. Incluso Holland pudo detectar el aroma de su costoso perfume. ¡Cuánto deseaba poder oler así de bien! Quizás en los próximos días podría comprar alguno, aunque lo más seguro es que se tuviera que conformar con alguna fragancia barata de supermercado. 

Sin Escape - #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora