💥 Capítulo 10

102 12 105
                                    

La habitación se había llenado de jadeos y respiraciones entre cortadas. La temperatura había incrementado considerablemente. El sudor recorría cada extremidad de los cuerpos que ahí se encontraban; algunos mechones de cabello se habían pegado al rostro enrojecido de Holland debido a la corriente de calor que sentía en su interior, como llamas quemándolo todo a su paso. ¿Hacía cuánto tiempo no hacía algo así?

Dylan por su parte también estaba sudoroso, pero a diferencia de ella, él mantenía una respiración calmada y no se veía para nada agitado. Se notaba la condición que tenía.

—No me irás a decir que ya te cansaste, ¿cierto? Ese fue solo el primer round.

—A diferencia de ti, yo no lo hago tan seguido —trataba de recuperar el aliento mientras se abanicaba con una mano.

Algunos rayos de sol matutino se colaban por la ventana, anunciando que ya estaba por amanecer.

—Vamos, ya fue mucho descanso, los que quieran aniquilarte no te van a dar tiempo para que recuperes el aliento.

Holland tomó la toalla que estaba sobre la caminadora y se quitó el exceso de sudor que aun escurría por su cuello. Días atrás, Dylan le había dicho que debía entrenar para poder defenderse en caso de que se volviera a presentar una situación como la que ya les había tocado pasar.

Para la pelirroja no tenía sentido, quien estaba detrás de ella no le iba a temblar la mano para dispararle, no es como que la fueran a tomar de rehén o incluso le fueran a dar una mínima oportunidad de defenderse en un combate cuerpo a cuerpo.

No lo diría en voz alta, pero había sopesado los posibles escenarios en los que se vería de frente con la muerte llegado el momento. Unos más trágicos que otros.

—Sabes que no tiene sentido, es inútil perder el tiempo si cualquiera podría apuntarme con una pistola a diez metros y matarme en un segundo. Un manotazo no detendrá la bala.

—Eso lo sé —se plantó delante de ella—, aun así voy a hacer lo que esté en mis manos para darte una posibilidad de que sigas con vida.

Nadie podía negar que era bastante determinado cuando se lo proponía.

Llevaban varios días levantándose a primera hora de la mañana para iniciar con el entrenamiento que consistía en mejorar la condición física de Holland además de enseñarle técnicas de defensa personal. Ella no entendía por qué tenía que ser tan temprano si tenían todo el día para hacerlo considerando que poco salían de casa.

Dylan le explicó que era para fomentar la disciplina, no todo dependía del estado físico, también había una parte mental que debía ser entrenada. Toda esa palabrería solo hacía que Holland inventara nuevas teorías sobre el posible trabajo que pudo tener su compañero antes de haberla conocido; había pasado de considerarlo un exconvicto a pensar que era entrenador personal, guardia de seguridad o incluso un coach motivacional que daba conferencias.

Pero siendo sinceros, ninguna de esas teorías terminaba de convencerla. Había algo más, pero no sabía el qué.

Dos horas después el entrenamiento había terminado. La pareja se encontraba en la sala desayunando un tazón de cereal, Holland pasaba los canales, pero no encontraba nada que llamara su atención. Puso Netflix y buscó en el Top 10 de películas alguna opción.

Olimpo bajo fuego, La caída de la Casa Blanca, Agente bajo fuego, Londres bajo fuego... solo hay películas de acción relacionadas a ataques de presidentes—se quejó y empezó a pasar los canales de nuevo.

—¿Por qué será? —murmuró sarcástico Dylan mientras daba un bocado a su cereal.

—En unos años seguro harán una película sobre la muerte de Michael Drums, te imaginas, ¿quién crees que nos interprete a nosotros? —giró su cuerpo en dirección al del hombre que estaba a su lado.

Sin Escape - #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora