Buck y Kath se conocieron en la estacón de bomberos de L.A, donde se hicieron amigos inseparables. Ambos comparten la pasión por salvar vidas, el gusto por la adrenalina y el sentido del humo.
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Estábamos en la habitación de la bebé Elena, Buck se encontraba doblando su ropita mientras yo estaba en la mecedora alimentándola.
-¿En qué piensas?- me dice. Llevaba rato mirándolo, había pasado un mes desde que nuestra pequeña nació y todavía había una embarazada en casa
-¿Ya llamaste a Connor?- hizo una mueca- Evan, llámalo, no podemos seguir así
-Tienes razón
-No te olvides de poner el altavoz- bajo la mirada a ver a mi pequeña
Cuando Connor atiende la llamada, Buck saluda y pone el altavoz, mi vista vuelve a mi marido, mi cara sería en ningún momento se relaja.
-Escucha, Connor- dice, poniendo otro body en la pila de ropa doblada- sé que estás pasando por algunas cosas, pero tú esposa no puede seguir viviendo en nuestra casa. Deben hablar
-No quiere hablar conmigo, quizá la volvió loca el embarazo- dice del otro lado de la línea. Mi cara debió ser un poema ya que Buck negó repetidas veces para que no hable
-No me digas que usaste esas palabras con ella... Eso explicaría todo
-Habla con ella
-No es mi esposa, ni mi bebé
-Bueno, técnicamente....- me levanté de la mecedora y le pase la bebé a su padre
-Termina esa frase he iré a golpearte Connor- agarré el móvil en mis manos- Escucha atentamente, hace un mes y una semana que tú mujer esta en nuestra casa, mi hija ya nació y necesita la tranquilidad de sus dos padres...
-Pero Kathe...
-No me interrumpas cuando hablo. Hoy volveré a trabajar y dejaré sola a mi niña, eso me pone de los nervios, así que si no quieres enfrentarte a ellos, mejor ponte los huevos que debes tener y hazte cargo de tu familia
-¿Kath, Buck?- al ver cómo se asomaba la mujer embarazada, corté la llamada- ¿Con quién hablan?
-Unos idiotas que no paran de llamar- digo. Suelto un suspiro y volteo a ver a Elena, quien duerme muy cómodamente en los brazos de su padre.
-¿Me ayudan?- nos tendió un frasco de pepinillos. Vuelvo a tomar a mi hija en brazos y me la llevo a mi habitación, dejando que el hombre se encargue
Una vez allí, la recuesto en medio de dos almohadas mientras me preparo, hoy era mi primer día de trabajo como bombera después de haber dado a luz. Todavía estaba indecisa sobre ir, Lena solo tenía un mes y una semana de nacida, era muy pequeña. Además todavía había que estar atentos a Kameron ya que llegó a los nueve meses y en cualquier momento podría romper fuente.
Por suerte logramos que Carla cuidara del pequeño hasta que volviera del trabajo, no haría turnos largos por un tiempo, así que no sería mucho problema.
-¿Estás lista? Carla ya llegó- niego con un puchero cuando me termino de poner la camisa del uniforme.
-Mira que cosita, no puedo dejarla sola...
-No estará sola, tiene a Carla. Además ya hablamos con la doctora Bloom y dijo que puede quedarse perfectamente unas horas sin tí- la toma de la cama y comienza a mecerla en sus brazos.
-¿Le dejamos todo? Pañales, toallitas, números de emergencia ¿Biberones?- enumeré
-Kath, está todo bien. Vayamos a presentarla con Carla- se acercó a mi, su brazo libre rodeo mis hombros atrayéndome hacia él, besando mi frente
-Bien, solo son unas horas, podremos con eso...
∞∞∞
Salgo del baño con una camisa nueva, algo que no te dicen es que debes llevar parches en los pezones al estar amamantando. Llego junto al equipo que está recibiendo un discurso del capitán, quien en este momento reta a Buck por hablar con Kameron.
-Espere capitán, tengo algo que decirle a Buck- dice Ravi- si estás buscando un lugar para echar a la embarazada, tengo dos habitaciones que estarán en el mercado
-Si ella no se va a usarlas pronto, te hablaré por mi, Ravi- le digo, sentándome en la banca.
-118 presten atención, tenemos trabajo que hacer pero para poder hacerlo deben estar aquí. Necesito precisión y enfoqué, pero sobre todo que estén presentes- dice mirando a la recién llegada Hen
La alarma interrumpe cualquier tipo de discurso que el capitán quería decirnos, cuando menos me doy cuenta, ya pasó una hora desde que empezó mi turno y ya estoy atendiendo un grave accidente en un puente.
-Chim, camilla- informé, el asiático asiente mientras se transporta al otro lado del vehículo volcado- señora ¿Puede mover las manos?- la mujer hace lo que digo- ¿Los dedos de los pies?
Al no recibir ningún movimiento, niego en dirección a Chim.
-¿Es grave, cierto?- pregunta
-La columna suele moverse en los choques- informo- y los efectos pueden ser temporales. Manténgase optimista
-Su hija está fuera- le dice Chim tratando de hacerla pensar en otra cosa
-No es mi hija. La madre de Jo era mi mejor amiga- dice con dolor- hacíamos un viaje para honrarla
-Lo hicieron con estilo, me encanta esta furgoneta- dice Chimney
-Me salvó muchas veces y yo quería hacer lo mismo por su linda hija... Todo es mi culpa
-Oiga señora, no es su culpa ¿De acuerdo?- le digo, miro a Chimney y asiento- a la de tres. Uno, dos... Tres
Con cuidado ponemos a la mujer en la camilla, mientras la sacamos de la furgoneta se logra escuchar el transporte aéreo que el capitán pidió. Para cuándo ya estamos fuera, la mujer se despide de Jo y la llevan al helicóptero.
-¡Felicidades por el compromiso!- le grita Lucy, quien ahora estaba trabajando en rescate aéreo, a Chim- ¡Y también felicidades por la pequeña! Las buenas noticias corren rápido- me dice en medio del ruido de las hélices
Al terminar, camino con tranquilidad hasta la furgoneta en donde ví a Eddie entrar. Cuando logro entrar, lo veo revisando algo, no puedo decir ni una palabra cuando siento un gran estruendo y como si pasara todo en cámara lenta, mis ojos conectan con los de el mexicano antes de caer.
Siento un golpe en seco antes de que toda mi vista se vuelva negra, lo último que logro pensar antes de la oscuridad es en la pequeña Elena, y en las ganas que tengo de volver a verla.
