Buck y Kath se conocieron en la estacón de bomberos de L.A, donde se hicieron amigos inseparables. Ambos comparten la pasión por salvar vidas, el gusto por la adrenalina y el sentido del humo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
°°°
Me sirvo un poco más de vino en la copa antes de acercarme a la mesa con Buck.
-Me siento mal, todavía no me disculpé con tu hermana y Chim por la cena de la otra vez
-No pasa nada, entiende que tenías que estar ahí para tu mejor amigo- antes de sentarme, Buck me toma de la mano y me hace sentar en su regazo
-No me importa...- le di un trago a la copa- mañana la iré a ver al trabajo y le llevaré unos de esos cupcakes de la panadería de la esquina
-Me siento ofendido. Te levantarás temprano solo para ir a ver a mí hermana
-Bueno, es mí Buckley favorito- bromea
∞∞∞
Salgo del ascensor con la pequeña caja en manos y camino hasta Josh, el compañero de trabajo de Maddie.
-Buenos días, Josh- saludé
-Kath, que bueno verte aquí
-Traje cupcakes de disculpas para Maddie ¿Quieres uno?- tiendo la caja. Este niega y me hace seguirlo hasta la silla donde se encuentran una sonriente chica hablando por teléfono.
Al mismo tiempo que llegamos nosotros, la jefa de Maddie aparece con un policía. A juzgar por la cara del hombre a mí lado, algo no va bien. Cosa que termino confirmando cuando de entre su ropa saca un arma y nos apunta.
Observé a mí alrededor alarmada, todos los oficiales en el piso habían sacado sus armas y estaban apuntando a la gente.
-La próxima me disculpare por teléfono- susurré para mí misma
A los gritos, los atacantes nos hicieron hacer una fila para quitarnos los teléfonos o cualquier cosa que tuviéramos encima.
Con las manos temblando, entrego mí móvil para después tomar la mano de Maddie, tratando de darnos fuerzas.
-...Revisaremos los recursos que envíen- había empezado a hablar el que estaba a cargo- no hay muchas llamadas a esta hora...- miró a cada uno de la fila y fue seleccionando para que atendieran las llamadas.
Cuando hubo elegido a cuatro personas, nos obligaron a sentarnos en el pasillo en silencio. Estaba yendo junto con Maddie y Josh cuando uno de los falsos policías me tironeo para llevarme con otros despachantes. Con la chica cruzamos miradas de terror mientras me iba alejando.
Los próximos cuarenta minutos, mí dedos golpearon mis muslos con nerviosismo. Estaba tan nerviosa que mí cabeza comenzaba a formar escenas en donde no iba a salir muy bien de esta. Estaba tan enfrascada que casi gritó cuando uno de los hombres me tomo del brazo y me obligó a levantarme.