I'm Only Sleeping

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"Cuando estoy en medio de un sueño
Quédate en la cama, flota contra la corriente (flota contra la corriente)
Por favor, no me despiertes
No, no me sacudas
déjame donde estoy
solo estoy durmiendo"

The Beatles


Nota: Capítulo largo.

La tan esperada fiesta había llegado. Ya era tiempo de vacaciones de Navidad, y Nathan solo deseaba que terminaran rápidamente.

Las personas iban y venían por el gran salón de su hogar. La misión Jung se había llenado de todo tipo de personas: ingleses, búlgaros, alemanes, coreanos, entre otras nacionalidades. Afortunadamente, Nathan tenía la facilidad de aprender diversos idiomas, lo que hacía que entender a todos los presentes no fuera un desafío complicado.

Después de sonreírle a una pareja de estadounidenses, conocidos por ocupar un alto puesto en la MACUSA, Nathan dio la vuelta y trató de huir de otra mujer que intentaba presentarle a su hija.

—Ayúdame —pidió Nathan, sin dejar de sonreír amablemente y fingiendo alegría—. Eun-ji.

Una joven de la misma edad que Nathan giró hacia él con una sonrisa algo sarcástica. Era bella, con rasgos asiáticos que coincidían con los de su hermana y su familia en general. Su cabello negro estaba peinado en un moño alto, sus ojos eran rasgados y su piel, de una blancura inigualable.

¿Qué sucede? —preguntó en su idioma natal—. ¿Para qué necesitas mi ayuda?

Solo finge que estamos conversando —respondió Nathan, jugueteando con una copa en su mano—. No quiero seguir escuchando a la señora Nam hablar sobre lo hermosa que es su hija.

Nadie querría casar a su hija contigo —repuso Eun-ji—. Tu apariencia no es la más adecuada.

Nathan amplió su sonrisa.

—Me está hablando de su hija, que apenas tiene 14 años —dijo Nathan, asqueado—. No hago ese tipo de cosas.

—Vamos, que a ti no te gustan las chicas.

Si Nathan hubiera estado comiendo o bebiendo algo, se habría atragantado.

—¿De qué hablas? —preguntó lentamente.

—De la cosa más obvia del mundo —respondió Eun-ji con naturalidad—. Nunca le has sonreído a una chica como lo haces con los chicos.

—No te entiendo.

—Vamos, toda la familia lo sabe. Hasta la bruja de la abuela —susurró Eun-ji, guiñando un ojo—. Estoy segura de que te detesta el doble desde que lo notó.

—Mierda —murmuró Nathan.

—Si fuera tú, fingiría interés por las chicas. La abuela está en los planes de sucesión, te recomiendo que seas discreto.

Nathan apretó los labios y miró de reojo a la anciana que estaba sentada en un sillón exclusivo para ella.

La mujer, de rostro arrugado pero con una jovialidad y fuerza implacables, era la matriarca de la familia Jung. Desde que el abuelo murió cinco años atrás, se había vuelto tan insoportable que Nathan no podía soportar estar más de dos minutos con ella, ya que todas sus críticas iban directamente hacia su persona sin ningún reparo.

Lo malo de la cultura asiática es que el respeto hacia los ancianos es más importante que la buena educación y habilidades, por lo que su padre nunca ha dicho nada para detener a la abuela de toda la palabrería que iba directamente hacia Nathan. Sin embargo, Clarissa, su madre, es igual de prepotente que la abuela, y sus personalidades se enfrentan en una lucha interminable por la dominancia, aunque también se tienen un respeto profundo. Algo incompatible que Nathan disfrutaba observar.

CHANGES¹ | James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora