Oh No!

249 38 4
                                    

"Nada de amor, nada de amigos
Solo estoy detrás del éxito
No necesito una relación
Nunca voy a aflojar mi puño
No quiero efectivo, no quiero tarjeta
Lo quiero rápido, lo quiero difícil"
MARINA


Habían pasado solo unos cuantos meses, pero Nathan creyó que fueron mucho más que eso.

La incomodidad era terriblemente insoportable, cualquiera que pudiese estar cerca de ellos, querría huir de la situación y Nathan les da la razón, hasta él mismo quiere irse de ese lugar.

La casa de su tío Bastian era mucho más pequeña que su anterior hogar, pero lo suficientemente extensa para acoger a dos jóvenes entre sus paredes.

Su tío, quien era hermano de su madre, era soltero y no ha dudado en traer a sus sobrinos y brindarles todo para finalizar sus estudios, al parecer él también conoce algo sobre el futuro predicho. Nathan estaba seguro que su madre había tratado de hablar con todo el mundo, avisando de antemano lo que le podría pasar. Ya predijo su muerte y eso es aún más insoportable de olvidar.

Faltaba unos cuantos días para regresar a Hogwarts, su último año se irá más rápido de lo esperado y ahora tendrá el peso de todos los papeles que deberá tomar.

No había disfrutado absolutamente ese tiempo libre, se había enfocado en el desarrollo de la herencia. Según diversos duendes de Gringotts, Nathan se quedó huérfano en una buena edad, el traspaso de la herencia y absolutamente todos los negocios cayeron inmediatamente a su nombre y al de su hermana, solo era cuestión de reconocimiento.

Entonces en ese transcurso de semanas, también había aprovechado en investigar todas las oficinas de su padre y madre, revisando pergaminos y cartas que podrían serles útiles y las trajo a su nueva habitación, investigando en su totalidad los secretos que su madre y padre ocultaron.

Historia familiar, dramas y negocios eran las pocas cosas que tenía en mente. Quería llorar mientras reía de lo absurdo que era eso y todas sus sospechas iban en aceptación como en resignación. Conocer todo de golpe es muy difícil de digerir.

Nathan comenzó a desordenar su cabello, los problemas se iban acumulando cada vez más. Miró la pila de cartas en su escritorio pertenecientes a su padre y la otra pila de sobres sin abrir, que iban directo a Nathan. La gran mayoría eran de James y Charlotte, pero no han querido abrirlas por nada en el mundo.

James no le había vuelto a hablar durante el resto de las clases, Nathan cree que seguía demasiado enojado por el partido. Lo único que supo del azabache es cuando le entregó los galeones de la apuesta y nunca dirigirle una mirada en lo que resta de clases.

Todo eso hasta que las cartas comenzaron a llegar y Nathan no ha querido responder a nadie. No estaba preparado y solo quería la soledad para pensar en que haría después de Hogwarts, las distracciones no iban para Nathan.

Miro al costado de esas cartas, un pequeño joyero de color rojizo. Era el joyero de su padre, ese mismo que sirvió para comunicarse aquel día. Nathan había sido el primero en regresar a la casa destruida para obtener ese joyero, quería tener algo de su padre cerca suyo, y que mejor la única cosa que nunca lo soltaba.

Ese joyero era de un rubí tan brillante, con bordes dorados y negros, tallado de unos bonitos aspirales y puntitos disparejos. Cuando alguien lo tocaba, podía sentir la magia salir de ahí, pero no lo suficiente. Estaba dañada.

De todas formas, Nathan trataba de tenerlo siempre a su lado, le calmaba cuando perdía los cabales o alguien lo irritaba con algún comentario grosero. Lo había tenido cuando fue al funeral de sus padres y vio a sus tíos soltar algunas lágrimas, no pudo soportarlo, pero tocar ese joyero simplemente le atrajo una calma mortífera y ese sentido de venganza que poco a poco iba desarrollando.

CHANGES¹ | James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora