CAPÍTULO 28 | TE QUERRÉ POR TODA LA ETERNIDAD

741 63 28
                                    

·


·

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




·


«Just trust me, you'll be fine»

Djo - End of Beginning


·


DOS AÑOS DESPUÉS


El aire cálido de la calle se colaba por la ventanilla del coche, acariciando el rostro de Aegon mientras apoyaba la mejilla sobre su propia mano y disfrutaba de las vistas y del sol golpeando directamente su blanquecino rostro. Jacaerys y él iban a visitar a Aemond y a Lucerys, que se habían mudado a la casa del bosque hacía pocas semanas. Después de mucho pensarlo, ambos decidieron que merecían disfrutar de aquel remanso de paz ahora que habían formalizado su relación.

Jace era quien conducía en esa ocasión, pero cuando tomó un desvío distinto al que Aegon sabía que debían tomar, su cabeza giró hacia él y frunció el ceño.

–Cariño... Te has confundido. Debiste seguir por la autopista.

El castaño lo miró de reojo y sonrió.

–No me he confundido. Es solo que antes de ir a casa de mi hermano quiero enseñarte una cosa.

En cuestión de quince minutos llegaron a un lugar donde había varios locales abiertos, de los cuales salían y entraban personas con cuentagotas. Cuando bajaron del coche, Jace se paró frente a una puerta metálica y se giró para poder mirarlo.

–¿Recuerdas que hace tiempo te conté que mi padre tenía un taller mecánico?

–Sí, lo recuerdo.

La cabeza del castaño volvió a girarse, mirando la entrada de aquel local abandonado.

–Pues estaba aquí.

Los labios de Aegon se separaron mientras procesaba aquella información. Entonces dio un paso hacia él y agarró su mano.

–Pero... ¿No me contaste que ahora este sitio le pertenecía al banco?

Jace apretó su mano.

–Sí, pero...

–¿Pero qué?

Su cuerpo se giró de nuevo, ahora sus dos manos acariciaban las de su novio, quien lo miraba embelesado con esos dos ojos azules tan preciosos y brillantes.

–Te he traído aquí para decirte que estoy pensando comprarlo.

Los ojos del platinado se abrieron debido a la sorpresa y una sonrisa se adueñó de su boca.

–¿De verdad? –Jacaerys asintió.

–He pensado pedir un préstamo al banco. Ahora en mi trabajo me va bien, así que estoy seguro de que me lo concederán sin problema.

OTOÑO EN TU MIRADA | lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora