VII: De vuelta a la xuxa

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Buenos días, estrellitas después del trauma. La tierra les dice hola.

La primera weá que tenía pensado hacer Kinari una vez llegase al colegio otra vez, era pedir otro puto traductor porque el anterior, muy responsablemente, se le perdió.

Lo intentaron buscar, según le dijeron, pero había quedado la cagá en el lugar de la U.S.J., fue un lugar no pisado por nadie, ustedes saben. Se sacaron un par de razones, razonables por cierto, y al final optaron por entregarle otro traductor.

Cabe aclarar que apenas el departamento de apoyo (en especial una chica llamada Mei Hatsume) supo del problema, quedó destrozado emocionalmente ("Pobre Mei" dijo el profesor Higari mientras se iba de la sala a dejar un tiempo para el duelo) con la noticia de que uno de los bebés fuera perdido y posiblemente destrozado en la batalla, pero a Kinari lo sacaron rápidamente de ahí así que fue piola.

Como llegó con juguete nuevo a la sala, se sentía como un cabro chico aliviado.

Yoshi, kiite kure! ! Konshū wa gakki no jikidesu ne! Minasan, chakuseki shite kudasai! ! ! —abrió la puerta y la primera weá que el traductor tradujo era el grito que pegó Tenya ahí adelante.

「¡¡Muy bien, escuchen!! ¡Es la hora del periodo escolar de esta semana! ¡¡¡Tomen sus asientos, todos!!!」

—Watashitachiha seki ni imasuga, anatagata wa sōde wa arimasen.

「Estamos en nuestros asientos, eres tú el que no lo está.」

Esa weá que dijo Sero también la tradujo. 

Kinari rodó los ojos con una sonrisa. Puta que era simpático Hanta cuando quería, ¿o no?

Alguien respiró atrás suyo.

—Ohayō.

「Buenos días.」

«cONCHETUMARE-»

Se golpeó con el marco de la puerta.

Aizawa sensei, mō modotte kimashita ka?! —gritó en sorpresa un compañero atrás suyo.

「¡¿Profesor Aizawa, ya está de regreso?!」

La cara de Kinari era como si hubiera visto un fantasma, weón.

Las risas fueron acopladas por la sorpresa de ver al profesor vendado enteramente la cabeza una vez llegó. Kinari se cohibió al instante, dándole un muy dramático y grande espacio para que este ingresara, viendo al profesor asentirle con la cabeza con agradecimiento. Ingresaba a la sala y la única weá que podía pensar era:

Tremenda máquina de guerra.

Daijōbudesu?! —preguntó Tenya.

「¡¿Está bien?!」

Sore o 'daijōbu' tte iu ndesu ka...? —le pregunta Ochaco con incredulidad.

「¿Llamas a eso "estar bien"...?」

Kinari miró a Tenya con ojos como platos y ceño fruncido mientras caminaba lentamente hacia su puesto detrás de Hanta. Miró al profesor después, dando todo de sí para sentarse en su escritorio mientras parecía momia.

«Chucha, si eso es estar de pana, no me imagino estar pa'l pico, weón...»

Rugió su voz interior con aquel comentario.

Saco De Wea - Sero HantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora