XV: ¿Y ese zorro?

35 5 2
                                    

¿Cinco y media de la mañana?

Viento culiao'.

La brisa de la madrugada cargaba un frío húmedo mientras las primeras luces del amanecer se colaban entre los rascacielos de Tokio. Las calles aún dormían, envueltas en un silencio profundo, interrumpido solo por el eco lejano del tráfico ocasional.

¿Y Kinari? Estaba luchando por la hora culiá'. Hora del pico, en todo caso. Pero igual había emoción en su andar de vagabundo con aires de muerto viviente porque trabajar con Edgeshot, igual... era privilegio la weá.

El lugar era un almacén olvidado cerca de la bahía, vasto y oscuro, con vigas de metal que se alzaban como esqueletos sobre el techo abierto al cielo. La estructura, semiabandonada y oxidada, tenía un aire de misterio. Las sombras se entrelazaban entre los contenedores apilados y las grúas inmóviles, como si el lugar esperara algún evento.

De repente, una ráfaga de viento lo atravesó, y en un parpadeo, Edgeshot apareció frente a él, tan sigiloso como una sombra, con su figura alta y delgada envuelta en su traje negro y púrpura. Su mirada era penetrante, y aunque su expresión siempre permanecía tranquila, Kinari podía sentir la intensidad de sus ojos.

—「Llegas a tiempo, pero a partir de ahora, quiero que llegues cinco minutos antes」—dijo Edgeshot, su voz tan afilada como su quirk—. 「La disciplina es esencial, especialmente para alguien con tus habilidades.」

Kinari lo miró y asintió rápidamente, sabiendo que con Edgeshot no había espacio para la relajación, y andaba cagao' en las patas por so. El héroe era metódico, calculador, y cada palabra suya estaba cargada de intención.

—「Hoy trabajaremos en la infiltración y el sigilo」 —continuó Edgeshot, sin perder tiempo—. 「Tu quirk es poderoso, pero el control de tu zorro y el uso de tus habilidades físicas necesitan afilarse. Debes volverte invisible al mundo, no solo a través de tus trucos, sino también con tu cuerpo.」

Edgeshot se movió con una rapidez impresionante, desapareciendo en un segundo y reapareciendo unos metros más adelante, su cuerpo deslizándose como una sombra entre las vigas metálicas. Kinari apenas lo veía moverse, pero podía sentir su presencia, flotando a su alrededor, siempre ahí presente y ausente a la vez.

—「Este almacén tiene varios puntos ciegos, pero también está lleno de trampas. Quiero que te muevas entre las sombras, sin ser visto, hasta el otro extremo. Si te descubro, repetirás desde el principio. No te confíes en tu habilidad, quiero que uses todo lo que te rodea a tu favor」 —dijo Edgeshot, su voz resonando en la vasta sala vacía.

Kinari observó a su alrededor. El almacén era un campo de obstáculos perfecto: estructuras metálicas oxidadas, montones de escombros y una serie de contenedores apilados que creaban un laberinto de sombras. El viento que entraba por las grietas en las paredes producía un susurro constante, agregando una sensación de inquietud al lugar.

O sea, la weá era entera aterradora. No es chiste.

Respiró hondo y comenzó su carrera. Le temblaba todo, sí, no era por frío solamente. Se movía rápido, usando su agilidad para trepar por las estructuras oxidadas, buscando el mejor ángulo para evitar los ojos afilados de Edgeshot. Si erraba, cagaba, fácil. Sabía que su maestro podía aparecer en cualquier momento, atravesando cualquier pequeño espacio como una aguja afilada.

El primer tramo fue relativamente sencillo. Se deslizó entre dos contenedores, usando las sombras y su quirk y la agilidad aumentara. Pero entonces, sintió un ligero cambio en el aire, y una ráfaga de viento acarició su nuca. Edgeshot estaba cerca.

De repente, una voz suave, casi un susurro, resonó en sus oídos.

—「Confías demasiado en tu quirk, Lycalpe」 —dijo Edgeshot, apareciendo justo frente a él. Su figura se desenroscó de una pequeña abertura entre los contenedores como si fuera un espectro—. 「El escape fue preciso, pero tu cuerpo dejó rastros de tu presencia.」

Saco De Wea - Sero HantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora