XIV: Tren y la conchetumare

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—「¡Muévete!」

—「Basta.」

—¡MUEVAN LA RAJA!

Hanta le chantó un huevo duro.

Aizawa suspiró, comenzando la charla típica que le dijeron que tenía que hacer con cada mocoso chico. Kinari no duró tanto en los hombros de Hanta porque éste básicamente lo tomó del pescuezo y lo bajó, y Kinari se ofendió. Obvio.

—¿Por qué un huevo duro? —Le pregunta con una mueca asqueada.

—La próxima será el mío, we. Te me calmas.

Kinari se ofendió el doble. Le voló el huevo duro en la sien.

Y luego quedó corte: ¿qué?

Se tuvo que volver humano y le chantaron toda la ropa posible antes de su transformación, y mientras escuchaba a su profesor, su cara se iba deformando. Terminó con una mano en su cadera mientras miraba al profesor con una ceja alzada y una mueca.

«¿Cómo que nos iremos cada uno a la chucha?»

Qué situación más estresante, Dios santo-

—「Sus trajes están prohibidos usarlos en público. Creo que eso es obvio- Mina, no alargues ese "entendido"」—¿Chato? Amigos, ¿Aizawa? ¿Chato? ¿Cuándo? Jeje—「¡Mantengan sus modales! Recuerden con quien estarán haciendo prácticas. ¿De acuerdo? ¡Vamos!」

Mira a la derecha, mira a la izquierda. ¿Ningún auto? No-

Casi lo atropellan porque no sabía andar por los trenes de Japón.

Por aweonao' nomá'.

Subió al tren. Se puso unos audífonos muy profundos del oído, conectados a su traductor. Ya fue demasiada vergüenza y humillación cada vez que hablaba alguien y este weón con el traductor todo rasca, roto picante, huaso. Nahhhhhh.

Tenía que mejorar...

Ayer Hanta lo webeó todo el día por la weá de audífono. Un maldito conchetumare ese otro.

Pero funcionaba bien la weá. Escuchaba clarito, y no se caía cuando se convertía en zorro. Era mágico, y lo mejor es que era vía Bluetooth la weá, aunque se demoraba 30 años en cargar por la conchetuma-

La weá es que luego de pelear un poco con las weás de trenes, se subió a uno y parece que era el incorrecto po weón. Llegó, en una hora, a lo que sería... una planicie.

Weón, a secas. Era una puta planicie. Era terreno, campo, era monte plano.

Weón...

Era plano...

El GPS de donde le dijeron era justamente ahí. Se supone que estaría visitando al héroe ninja: Edgeshot. Conocido por ser meticuloso, estratégico y muy meticuloso. Su quirk no era frontal, mucho menos catalogado como fuerte físicamente, sin embargo, hacía cagar igual. Si pa' qué 'tamos con cosas, ¿Edgeshot? Tremendo avispao'.

Pero...

Kinari miró a su alrededor como incrédulo. Cuando el viento soplaba, como si estuviera conociendo el patio de los callaos, puta, se sintió solo po.

«Me teni'... que estar... weando...»

–Un héroe profesional no me puede recibir así... —murmura, más para sí mismo. Sintió frío, ya se estresó. Se abrazó a sí mismo, mirando alrededor—. ¿Y la agencia...? O equipo...

Y ahí el pensamiento intrusivo:
«¿ME TENGO QUE DEVOLVER SOLO?»

Ah, no. Ya se estresó.

Saco De Wea - Sero HantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora