Yoongi POV.
— Sí, quiero que todo esté listo para esta tarde ―dije, apretando levemente el teléfono contra mi oreja mientras evitaba fruncir el ceño. ― Y Jennie... no toleraré más errores.
Corté la llamada sin esperar respuesta, como solía hacer con todos mis empleados.
Al entrar al estacionamiento privado de RM Business. Bajé del auto y ajusté mi elegante traje gris, observando los otros vehículos estacionados. Con paso firme, me dirigí hacia el ascensor, escuchando los pasos de mis guardaespaldas detrás de mí.
Consulté la hora en mi reloj y noté que llegaba diez minutos tarde, algo inusual para mí, que siempre era puntual.
Las puertas del ascensor se abrieron en el lobby de la empresa, donde me encontré con el CEO, Kim Nam-joon.
― Kim Nam-joon ―sonreí al nombrarlo, y él devolvió la sonrisa mientras estrechábamos manos.
― ¿Agust'D o... Suga? —respondió y soltamos una leve risa.
― Para ti, Min Yoon-gi.
― Min, te presento a mi mejor amigo, Jeon Jung-kook ―dijo atrayendo al joven hacia adelante. Jung-kook hizo una reverencia con respeto ante mí.
― Ansiaba conocerte —habló— Eres uno de mis ídolos ―agregó.
Asentí con cortesía. ― Es un placer, Jungkook.
― ¿Agust'D o Suga? ―preguntó Jungkook con una sonrisa.
Rodé los ojos ante su comentario y, con un toque de humor, sonreí mientras avanzaba.
― No me provoques, mocoso.
Su risa divertida me relajó. Había conocido a Nam-joon en una reunión de negocios en París y, además de querer hacer negocios con él, congeniamos bien. Habíamos llegado a conocernos más allá del ámbito laboral, y podía decir que era un gran líder.
Nos dirigimos directamente a su oficina, donde me acomodé en los elegantes muebles negros. Nam-joon me ofreció un cigarrillo de calidad, que acepté de inmediato.
― ¿En qué puedo ayudarte, Min? ―preguntó Nam-joon mientras me encendía el cigarrillo.
― Como te mencioné, quiero invertir en bienes raíces ―dije, dando una calada y soltando el humo lentamente. ― Quiero que el edificio que compre aquí en Seúl no solo sea mi nuevo estudio, sino que también genere ingresos fuera de mi profesión.
― Entiendo. ¿Cuántos pisos estás buscando?
Miré al joven asistente de Nam-joon, que estaba tomando notas en una tablet.
― Dieciocho.
― ¿Tienes alguna preferencia de diseño?
― Negro. Elegante. A mi estilo.
Una secretaria entró en la sala con tres copas de vino blanco y las colocó frente a nosotros. Tomé una copa y di un sorbo, disfrutando del sabor.
― Necesito la propuesta en tres días, lo más rápido posible ―dije, mirando de reojo a Jungkook, quien parecía admirarme. Luego volví mi atención a Nam-joon.― Además, necesito que me ayudes con algo más.
Nam-joon asintió.
― Necesito un profesor de danza.
Apagué mi cigarrillo.
― Como ves, estoy por lanzar un nuevo proyecto, y sé que tienes influencia en toda Seúl ―suspiré. ― Últimamente, mi secretaria ha estado siendo incompetente y, como aún no puedo despedirla, te agradecería mucho tu apoyo.
― Min... bueno...
― Yo... yo conozco a alguien que podría ayudarte ―intervino Jungkook. Me puse de pie de inmediato, ajustando mi traje, y extendí la mano hacia Nam-joon para despedirme. Pues la hora en mi reloj me indicó que ya debía irme.
― Perfecto, nos vemos en tres días, tanto tú como el profesor de danza, a primera hora.
También me despedí de Jungkook y me dirigí a hacer algunos pendientes con mis guardaespaldas.
(♡)
Al llegar a casa esa tarde, exhausto, me quité el abrigo y lo arrojé a un lado del sofá. Unos pasos provenientes de la habitación me hicieron abrir los ojos de golpe, y me incorporé rápidamente, girando para ver quién era.
― Maldición, Hoseok, no me asustes así ―exclamé, poniéndome de pie y fulminándolo con la mirada. En ese momento, tenía ganas de matarlo por el susto que me había dado.
― Anda, y eso que no salió como esperaba ―se rió mientras se acercaba hacia mí.
― ¿Qué estabas haciendo? ―pregunté, alzando una ceja.
― Buscando lo que me faltaba para empacar. Ya sabes que mi vuelo sale en unas horas ―respondió, relajándome al verlo.
Entonces, se acercó y se detuvo frente a mí.
― Te voy a extrañar mucho ―dijo, acariciando mi mejilla y abrazándome, hundiendo su cabeza en mi cuello. Yo le devolvía las caricias en su cabello, sin querer soltarlo.
― Yo también te extrañaré mucho ―susurré en su oído―. Desearía que pudieras quedarte, pero...
― Tengo que seguir mis sueños ―interrumpió, haciendo que me mirara―. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, y me encargué de secarlas con mis manos. Luego, tomé sus mejillas y besé sus labios lentamente, tratando de recordar la sensación.
Serían tres años sin verlo. Como profesor de danza, había conseguido un contrato excelente en Estados Unidos, lo cual sería un gran impulso para su carrera. Yo quería que fuera feliz, aunque eso significara estar lejos de mí.
― Te amo, Yoongi ―susurró, besando mis manos―. Gracias por todo.
― Hobi... ―comencé, pero él me interrumpió.
― Gracias a ti, puedo cumplir mi sueño. Prometo esforzarme al máximo y representar tu nombre en todo Estados Unidos ―dijo, besándome―. No importa cuánto tiempo pase, siempre te amaré, mi gatito amargado.
Reí por su comentario.
― ¿Quieres que te acompañe al aeropuerto? ―pregunté, acariciando su mejilla.
Asintió con una sonrisa tierna.
Dos horas después, estábamos en el aeropuerto. Lo vi abordar el avión, y no puedo negar que sentí tristeza al pensar en el tiempo que estaríamos separados. Habíamos estado juntos durante siete años, y Hoseok siempre había estado a mi lado, incluso en mis peores momentos. Aunque éramos diferentes, él era mi mejor amigo y siempre lo sería.
Éste era el momento de dejarlo volar.
Arikook—🌷🩷.
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Black Swan. (BTS).
Fanfiction"Los latidos resuenan lentamente en mis oídos, bum, bum, bum." Éste es un fanfic de BTS. Advierto que no está escrito con la intención de dañar o difamar la imagen de los miembros de Bangtan. Toda información escrita aquí es sacada de mi imaginació...