🢖 𝗦𝗶 𝗲𝘀𝘁𝘂𝘃𝗶𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗥𝗜𝗜𝗭𝗘 (CANCELADA)

Chapter 3

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¿Dieta? ¿Leah se va?

Y ahí estaba Leah. Sentada frente al escritorio del Ceo y con la cara más seria que nunca.

— ¿Usted está hablando en serio? —habla incrédula viendo el papel en sus manos.

— Muy en serio, Leah —responde el hombre.

— ¡No pienso hacer ni una dieta! —dice levantándose de la silla—. Lo que usted pide, me es imposible de hacer. ¡Mi peso está bien!

— Es por el bien del grupo —Leah abre la boca sorprendida.

— No, no es por el bien del grupo. A usted solo le importa la imagen de su maldita agencia —el hombre se levanta molesto ante la contestación de la chica.

— ¿Cómo te atreves a responderme de esa manera? —grita molesto.

— Me esta pidiendo que baje ¡10 malditos y estúpidos kilos! —responde dejando el papel sobre la mesa. 

— O bajas esos kilos o te saco del grupo —amenaza.

Leah frunce el ceño—. ¡Bien! Si eso le produce placer. ¡Me voy! Pero prepárese para la gran demanda que le va a caer a su empresa de mierda. 

Y dicho eso sale de aquella oficina azotando la puerta detrás de ella notando la mirada de los 7 chicos afuera. Rápidamente se fue de ahí para evitar decir algo de lo que arrepentiría luego.

Caminó hacia la sala de ensayos y comenzó a guardar sus cosas en su mochila. Los chicos entraron a la sala preocupados por lo que habían escuchado. 

— Leah, no piensas en irte, ¿verdad? —pregunta miedoso Eunseok.

— No pienso quedarme ni un segundo más en esta agencia —dice cerrando su mochila—. Fue lindo mientras duró pero yo me largo. 

— Tú no te irás a ningún lado —habla serio Wonbin mientras se colocaba delante de la puerta para evitar que la menor se vaya.

— Wonbin, quítate —pide.

— No —responde serio—. ¡Abre los ojos, Young Soo! —la menor abre los ojos al escuchar que él la había llamado por su nombre en coreano. 

Wonbin solo llamaba así a Leah cuando realmente estaba molesto, y esas posibilidades son mínimas.

— Te vas a ir, ¿solo porque el ceo te pidió bajar 10 kilos? —comienza a decir—. Vas a dejarnos por esa idiotez. ¿Es en serio? 

Leah se quita su sudadera seguido de su remera, quedando solo en un top negro y dejando a la vista su cuerpo—. ¿De verdad ahora piensas que estar casi a los huesos es una idiotez? 

Los chicos miraron el cuerpo de la menor y sintieron sus corazones desvanecer. Jamás la habían visto así.

— ¿Por qué crees que uso ropa grande? ¿Por qué crees que me canso más rápido en los ensayos? —pregunta Leah volviendo a colocarse su ropa—. Cancelé miles de desfiles de la marca, solo porque no puedo dejar que la gente me vea así... Ahora, ¿puedes moverte? Quiero irme.

El impacto de las palabras de Leah deja a los chicos sin aliento. Finalmente se dan cuenta de que han estado completamente inconscientes de lo que Leah ha estado pasando en silencio todo este tiempo.

— Leah, lo siento mucho. No teníamos ni idea de que estabas luchando sola con esto —murmuró Eunseok con la voz temblorosa.

— No es tu culpa, Eunseok —dijo suspirando—. He estado tratando de ocultarlo pero ya no puedo seguir así.

Wonbin se mostró arrepentido y se apartó de la puerta—. Lo siento, Leah. No quería presionarte para que te quedaras. Solo quería asegurarme de que supieras que estamos aquí para ti, pase lo que pase. 

— Lo sé, y aprecio mucho su apoyo —dijo—. Pero tengo que hacer lo que es mejor para mí en este momento.

— ¿A dónde vas a ir? —preguntó Sungchan preocupado.

— Tal vez vaya a casa de mis padres un tiempo —respondió—. Pero necesito tener tiempo para pensar las cosas y si quiero seguir así.

Sohee tenía lágrimas en los ojos. No quería que su noona se vaya—. No queremos que te vayas, noona. 

— Ay, Sohee —susurró y lo abrazó con delicadeza—. Trataré de mantenerme en contacto, ¿si? Solo será un tiempo.

Y dicho eso, Leah tomó su bolso y salió de la sala de ensayos, dejando a los chicos con un profundo sentimiento de arrepentimiento por no haber comprendido antes el dolor de su amiga.

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Los chicos habían regresado de la agencia, todos en silencio pero preocupados por la coreana. Se sentían culpables por no haber notado el estado crítico de Leah y querían hacer algo para ayudarla.

— Las cosas de Leah siguen aquí —habla Seunghan saliendo de la habitación de la chica—. Pero ella no está.

— Denle tiempo —dice Eunseok—. No ha de ser fácil todo esto.

— Si. Muchas gracias por avisar, hyung. Nos vemos —todos regresan su vista hacia Shotaro, quien terminaba de hablar por teléfono—. Era el manager —habla el japonés—. Leah se regresó a Italia.

El anuncio de que Leah se ha ido a Italia deja a los chicos en un estado de consternación aún mayor. La habitación se llena de un pesado silencio mientras procesan la noticia.

— ¿Italia? ¿Qué no iba a ir a casa de sus padres? —pregunta Wonbin frunciendo el ceño. 

— Tal vez cambió de planes —dijo Seunghan encogiéndose de hombros.

— Quiero a noona con nosotros... —habla por lo bajo Anton.

— Todos lo queremos —murmura Sungchan.

— Solo démosle tiempo a Leah noona. Yo se que va a volver —asegura Sohee, los demás solo asienten.

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