🢖 𝗦𝗶 𝗲𝘀𝘁𝘂𝘃𝗶𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗥𝗜𝗜𝗭𝗘 (CANCELADA)

Chapter 11

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Alergia a la nuez

Eunseok y Wonbin estaban haciendo un postre para los demás, pues como Leah y Shotaro había hecho la cena, habían decidido ellos a realizar lo que comerían luego.

Y habían hecho un rico postre con un poco de maní, el cual entregaron a los chicos en un pequeño plato.

Leah se encontraba en su habitación diseñando algunas cosas en su computador, vio como Eunseok dejó el plato sobre el escritorio y se fue.

Ella tomó la cuchara en sus manos y le dio un mordisco al postre, degustando el delicioso sabor del postre. Lo comió como si nada, pero luego de unos minutos que comenzó a sentir su pulso muy acelerado junto a la característica hinchazón en su garganta. 

Rápidamente salió de su habitación, tratando de respirar como podía, corrió hacia la cocina con el propósito de encontrar su medicación, tirando todo a su paso.

— ¿Qué es todo ese sonido? —la voz de Anton llegó a los oídos de Leah—. ¿Noona? 

— La caja... de... de mi autoinyector... —habló como pudo sin dejar de buscar—. ¡Lo neces...

Anton rápidamente se acercó a Leah, preocupado por su estado. Revisó su pulso y su respiración, confirmando que había perdido el conocimiento. Con manos temblorosas, sacó su teléfono y marcó el número de emergencia mientras los demás chicos acudían a la cocina alarmados por el ruido y los gritos.

— ¿Qué pasó? ¿Está bien Leah? —preguntó Shotaro, visiblemente preocupado.

— No lo sé, la vi muy alterada y luego se desmayó. ¡Rápido, llamen a una ambulancia! —exclamó Anton, intentando mantener la calma mientras seguía las instrucciones del operador del servicio de emergencias.

Los minutos se sintieron como horas mientras esperaban la llegada de la ambulancia. Los chicos rodearon a Leah, preocupados y ansiosos por su bienestar. Wonbin sostuvo su mano con ternura, mientras que los demás intercambiaban miradas llenas de preocupación y nerviosismo.

Finalmente, la ambulancia llegó y Leah fue llevada de urgencia al hospital, donde recibiría atención médica adecuada. Los chicos la acompañaron en todo momento, esperando ansiosamente noticias sobre su estado.

En el hospital, los chicos permanecieron juntos en la sala de espera, ansiosos por recibir noticias sobre Leah. El tiempo parecía pasar lentamente mientras esperaban, con el corazón lleno de preocupación y esperanza.

Después de lo que pareció una eternidad, un médico finalmente salió para hablar con ellos. Los chicos se levantaron rápidamente, con miradas expectantes y nerviosas.

— ¿Cómo está Leah? ¿Qué pasó? —preguntó Sungchan, con la voz temblorosa.

El médico les explicó que Leah había sufrido una reacción alérgica grave debido al maní que había ingerido, lo que había provocado una anafilaxia. Sin embargo, gracias a la rápida acción de Anton al llamar a la ambulancia y a la pronta atención médica en el hospital, Leah estaba fuera de peligro.

Un suspiro colectivo de alivio se apoderó de los chicos al escuchar las buenas noticias. Estaban agradecidos de que Leah estuviera bien y de que hubiera recibido la atención médica necesaria a tiempo.

— ¿Podemos verla? —preguntó Seunghan, con la voz llena de preocupación.

El médico asintió y les indicó que podían pasar a ver a Leah, quien estaba descansando en una habitación del hospital. Los chicos entraron en la habitación con cuidado, encontrando a Leah acostada en la cama, aún un poco pálida pero consciente.

— Leah, ¿cómo te sientes? —preguntó Shotaro, acercándose a ella con cautela.

— Estoy bien, chicos. Gracias por preocuparse por mí —respondió Leah con una sonrisa débil.

Los chicos rodearon la cama de Leah, expresando su alivio y alegría de verla bien. 

— Leah, nosotros... nosotros no sabíamos que eras alérgica al maní —habla Wonbin, con su expresión triste.

Leah sonrió débilmente ante las palabras de Wonbin, sintiendo el peso de su preocupación y arrepentimiento.

— No te preocupes, Bin. No era algo que pudieras saber. Tal vez se me olvidó decirles... Pero estoy bien —respondió Leah con calma, tratando de tranquilizar a su amigo.

— Deberíamos haberte preguntado antes de preparar cualquier comida... —agregó Sungchan, con un tono de culpa evidente en su voz.

— Chicos, de verdad, está bien. No hay culpa aquí. Fue un accidente, eso es todo. Lo importante es que estoy bien ahora gracias a ustedes y a la rápida atención médica. No hay necesidad de sentirse culpables —expresó Leah, buscando reconfortar a sus amigos.

A partir de eso los chicos se volvieron más atento con Leah, sobre todo con las cosas que ellos cocinaban. Y cuando se iban a cenar afuera y pedían postre, se aseguraban de pedir cosas sin nuez.

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