🢖 𝗦𝗶 𝗲𝘀𝘁𝘂𝘃𝗶𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗥𝗜𝗜𝗭𝗘 (CANCELADA)

Chapter 5

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Día de mudanza

— Aquí tienes, pequeña —habla Sungchan dejando las cajas sin armar sobre el suelo—. ¿Necesitas más? 

— Por el momento no, gracias Channie —sonríe Leah.

Actualmente los chicos se estaban mudando de casa, para ir a uno más grande en el que puedan entrar todos. 

Leah comenzó a armar las cajas más grandes para así guardar su computador por parte, envolviendo con cuidado cada parte para no dañar nada. Continuó guardando toda su colección de juguetes y peluches en la caja.

Faltaba su ropa y unas cosas más.

Pero le faltaba algo importante e indispensable. 

Su caja de manicura. 

— ¿Alguno vio mi caja de manicura? —preguntó Leah saliendo de su habitación.

— ¿La rosa? —ella asiente—. Al lado del televisor —indica Sohee.

Y efectivamente, ahí estaba. Tomó la caja y regresó a su habitación, colocando las cosas que le faltaban ahí.

— Leah —canturreó Seunghan entrando a la habitación de la pelinegra, riendo por el desastre que había. 

— ¿Qué pasa, Seung? —Leah levantó la mirada, dedicándole una sonrisa al chico mientras guardaba cuidadosamente sus esmaltes y herramientas de manicura en la caja.

— ¿Necesitas ayuda con algo? — Ofreció Seunghan, acercándose para echar un vistazo al caos ordenado de la habitación de Leah.

— De hecho no —responde—. ¿Por?

Seunghan sonrió, apreciando la determinación de Leah para manejar las cosas por sí misma.

— Solo quería asegurarme de que todo estuviera bien. Pero si no necesitas ayuda, está bien. Estoy aquí si cambias de opinión —respondió amablemente.

— Gracias, Seung —sonrío la chica. 

Por la cabeza de Leah cruzó una idea y llamó a Seunghan.

— ¿Qué pasa, Leah? —preguntó Seunghan, acercándose un poco más para escucharla mejor.

— ¿Me acompañas al Mc? —preguntó sonriente la pelinegra.

— ¿A esta hora? —Leah asiente. Seunghan se iba a negar, pero no podía decirle no a los ojitos brillosos de Leah.

Seunghan se rindió ante la petición de Leah, incapaz de resistirse a su encanto. Aunque era un poco tarde para comer en McDonald's, decidió acompañarla.

— Me pongo una sudadera y vamos —habló él saliendo de la habitación.

Leah celebró para si misma y dejó todo el desastre de su habitación.

— Taro. Iremos al Mc con Seunghan, les traeré algo —exclama Leah asomándose por la habitación del rubio.

— Leah, vamos —habló Seunghan desde la entrada.

Por un momento la pelinegra se olvidó de su objetivo inicial, la mudanza. Ahora solo quería comer algo rico.

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