-Cap 5-

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Emma aún estaba pensativa por las pequeñas interacciones con Hermione.

Theodore y Astoria notaban a Emma distraída pero preferían no decir nada.
Astoria tenía diferentes horarios por ser de segundo año, así que no se veían a diario desde la discusión con Blaise. Pues Astoria se juntaba con Blaise para que no se sintiera "solo". Aún asi cada vez que podía hablaba con Theodore y Emma.

Theodore y Emma estaban en la clase de Duelo Contra las Artes Oscuras. (D.C.A.O). El profesor Lupin aún no llegaba y tanto los Slytherin como Gryffindor se empezaban a desesperar pues no toleraban estar juntos, solo los profesores lograban que no discutieran y probablemente si el profesor Lupín no llegaba pronto, comenzarían a discutir.

Mientras que Emma ignoraba las miradas de muerte que se lanzaban los Slytherin y Gryffindor desde sus lugares, prefirió ir sacando su libro, pluma y pergaminos. Varios hicieron lo mismo.

A los pocos minutos llegó el profesor Lupín, sonrió vagamente y puso su desgastado maletín en la mesa. Estaba tan desaliñado como siempre, pero parecía más sano que el primer día en el que lo nombraron como profesor de (D.C.A.O).

—Buenas tardes, ¿Podrían porfavor meter los libros en su mochila? La lección de hoy será práctica.
Solo necesitaran las varitas mágicas.— explico el profesor Lupin. La clase cambió miradas de curiosidad mientras recogían los libros.

Nunca habían tenido una clase práctica de D.C.A.O, a menos que se contara la memorable clase del año anterior, en qué el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase.

—Bien.— dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo.
—Si tiene la amabilidad de
seguirme...— desconcertados pero con interés, los alumnos se pusieron de pie y salieron del aula con el profesor Lupin. Éste los condujo a lo largo del desierto corredor. Doblaron una esquina. Al primero que vieron fue a Peeves el poltergeist, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura.

Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro. Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción:
—~Locatis lunático Lupin, Locatis lunático Lupin, Locatis lunático Lupin...~— Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miraron de inmediato al profesor Lupin para ver cómo se lo tomaría. Ante su sorpresa, el aludido seguía sonriendo.

—Yo en tu lugar quitaría ese chicle de ahí, Peeves.
El señor Flich no podrá entrar por sus escobas.— dijo amablemente el profesor Lupin.
Flich era el conserje de Hogwarts, un "mago" malhumorado y fracasado. Pensaba Emma.

Flich estaba en una eterna guerra con los estudiantes de Hogwarts, y como no, con Peeves.
Sin embargo Peeves ignoro al profesor Lupin y imitó con su boca el sonido de un pedo. Eso fue desagradable para varios Slytherin, incluida Emma.
Inclusive para algunos Gryffindor, pero la mayoría de ellos se divirtieron con la broma.

Lupin soltó un suspiro y saco su varita. —Es un hechizo útil y sencillo.— dijo a la clase, volviendo la cabeza.
—Por favor, estén atentos.—
Alzo la varita a la altura del hombro, dijo —"¡Waddiwasi!"— Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a tapar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió dando vueltas como un remolino y se alejo como un bólido, zumbando y echando maldiciones.

—¡Estupendo, profesor!— dijo Dean Thomas, asombrado.
—Gracias, Dean.— dijo el profesor Lupin, guardando su varita.
—¿Continuamos?— se pusieron otra vez en marcha, mirando al desaliñado profesor Lupin con respeto, por lo menos los Gryffindor y muy pocos Slytherin.
Los condujo por otro corredor y se detuvo en la puerta de la sala de profesores.

Seven Thorny RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora