Después de que Emma acompañará a Hermione hasta la torre de Gryffindor, fue a su sala común. En ese momento no le importaba nada en absoluto más que el tiempo que había pasado junto a Hermione.
Cuando llegó a la sala común fue directamente a su habitación, está vez con un mejor ánimo y una sonrisa en el rostro.
Pansy, quién estaba en la habitación, decidió no preguntar nada, con solo ver a Emma sabía que había estado con Hermione.
Emma se alistó para dormir y cuando se acostó en su cama no pudo evitar hablarle a Pansy.
—Estuve con Granger.
—No me digas...— dijo Pansy con sarcasmo, era obvio que sabía.
—Ya te dije.— respondió Emma rápidamente, con una sonrisa en el rostro.
—Y la verdad disfrute el tiempo con ella. Hoy me sentí mejor, decidí ignorar todos mis pensamientos malos y simplemente disfrutar el momento con ella. Aparte de que me prestó un libro, se ve interesante...— dijo Emma mientras sonreía.
—Vaya, increíble noticia.— Pansy volvió a decir con sarcasmo, le alegraba que ya no se sintiera mal, pero lo que no le alegraba era tener que escuchar sobre Hermione y mucho menos... Que Hermione fuera quien alegraba a Emma.
[ ... ]
El último fin de semana en el castillo había llegado y Emma no sabía que hacer, podía quedarse en el castillo durante las vacaciones o podía irse a la Casa Black.
Cómo era la última semana del trimestre también era el último viaje a Hogsmade del trimestre.
El sábado por la mañana, todos los estudiantes despertaron más temprano de lo habitual. Solo para arreglarse e ir a Hogsmade.
Emma no tenía muchas ganas de ir. Sinceramente prefería quedarse dormida el resto del dia, cobijada y acurrucada en su cama.
Pero Pansy la obligó a ir.
Mientras que Emma deseaba no ir, había otra persona que si.
Ese alguien: Harry Potter.
Recién era de mañana y Harry no se encontraba con el mejor humor del mundo, estaba resignado a ser el único de tercero que no iría a Hogsmade.
Harry había pedido prestado a Oliver el ejemplar de "El mundo de la escoba" para informarse sobre los recientes modelos, en los entrenamientos había montado una de las escobas del colegio, muy lenta... extrañaba su antigua escoba, que había sido partida en pedazos.
Hermione y Ron desde temprano se habían alistado para ir a Hogsmade, Harry se había despedido de ellos y se encontraba subiendo en soledad las escaleras que llevaban a la torre de Gryffindor. Había empezado a nevar y el castillo estaba muy tranquilo y silencioso.
—¡Pss... Harry!— el nombrado se dio la vuelta y vio a Fred y George que lo miraban desde atrás de la estatua de una bruja jorobada.
—¿Qué hacen?— preguntó Harry con curiosidad. —¿Cómo es que no están en camino en Hogsmade?
—Hemos venido a darte un poco de alegría antes de irnos.— le dijo Fred guiñando el ojo misteriosamente.
—Entra aquí— le señaló con la cabeza una aula vacía que estaba a la izquierda de la bruja, Harry entró detrás de Fred y George. George cerró la puerta sigilosamente y se dio la vuelta, mirando a Harry con una amplia sonrisa.
—Un regalo navideño por adelantado, Harry.— dijo Fred, quien sacó algo y lo puso en una mesa, era un pergamino grande, cuadrado y muy desgastado para decir verdad... no tenía nada escrito.
Harry, sospechando que fuera una de las bromas de Fred y George, se quedó mirándolo con detenimiento.
—Perdón, ¿Qué es esto?
—Harry, este es el secreto de nuestro éxito..— dijo George, acariciando el pergamino.
—Nos cuesta deshacernos de él.— dijo Fred.
—Pero anoche llegamos a la conclusión de que tú lo necesitas más que nosotros.
—De todas formas nos lo sabemos de memoria, ahora es tuyo, a nosotros ya no nos hace falta.
