Hermione y Emma aún se encontraban en la biblioteca, Hermione estaba leyendo mientras que el pequeño gato dormía tranquilamente en su regazo.
Emma fingía leer, pero estaba más ocupada mirando a Hermione.
Y es que, no podía evitarlo, Hermione se veía tan linda cuando se concentraba en su lectura.Al menos eso es lo que piensa Emma.
Después de algunos segundos, Emma creyó que parecía acosadora mirando a Hermione de esa manera, asi que intento no mirar a Hermione más tiempo. Intentó centrarse en el libro que tenía en manos, pero sus ojos seguían regresando hacia Hermione. Su sonrisa, el modo en que leía el libro, incluso la forma en que estaba acariciando a su gato, Leo. Todo en Hermione llamaba la atención de Emma.
Emma se reprendió a si misma mentalmente, y suspiro. Intentando volver a su lectura y concentrarse solo en ella. Sin embargo, era más fácil decirlo que hacerlo. Emma sentía que cada centímetro de ella estaba atenta a la presencia de Hermione, a cada pequeño movimiento que hacía.
Era como si de un magnetismo se tratara, y cuanto más tratara de ignorarlo, más fuerte era la atracción.Y Emma odiaba eso, odiaba que toda su atención fuera hacia Hermione sin importar lo que fuera. Por más que lo intentará, no podía evitar admirar a Hermione en cada momento.
Y a veces Emma se ponía a pensar en como había cambiado todo.«Es irónico, antes la odiaba y ahora me gusta.»
Emma suspiro nuevamente, y se recostó ligeramente en su asiento tratando de relajarse.
Era realmente frustrante estar así de interesada en Hermione cuando sabía que ella no sentía lo mismo.Cada movimiento de Hermione acaparaba la atención de Emma, cada pequeño gesto, cada cambio en su sonrisa o en sus expresiones, cualquier cosa que hiciera.
Todo sobresalía ante sus ojos.
Y sin embargo, a pesar de que ya había aceptado que le gustaba Hermione, aún trataba de convencerse de que todo era un error, que solo era algo temporal, pero no. Sabía que no era así, pues realmente estaba interesada en Hermione.
Aunque tenía que mantenerse en silencio, por el bien de la amistad que se había ido forjando con el tiempo.
Pero a la vez, Emma se preocupaba de que Harry supiera de su "pequeño" enamoramiento hacia Hermione... Pues Harry, Harry no sabía quedarse callado nunca.Emma sacudió la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos. No debía pensar en eso, debía controlar sus emociones, guardar su distancia, mantener su amistad con Hermione.
Miró de nuevo a Hermione, quien aún seguía absorta en su lectura. A veces se preguntaba qué pasaba por la cabeza de Hermione. ¿Se había dado cuenta de su pequeño enamoramiento? ¿Sentía lo mismo? No, Hermione no podía sentir lo mismo. Probablemente no le gustaba, lo más probable es que ella solo la viera como una amiga, nada más.
Sus pensamientos fueron de uno a otro por varios minutos, hasta que la voz de Hermione la hizo reaccionar.
—¡Black!— exclamó Hermione. Emma se sobresalto un poco, y miro a Hermione, quién tenía al gato en brazos. Pero lo dejo en el piso, para enfocarse en Emma.
—Ah.. ¿Qué pasa?— dijo Emma, aún un poco perdida.
Hermione la miró y le sonrió.
—Te he hablado varias veces... Pero pareces no escuchar, ¿estás bien?— Hermione preguntó con algo de preocupación en su voz.Emma tomó unos segundos para recuperarse. Tenía que controlar sus emociones y actuar normalmente.
—Sí, sí, estoy bien. Solo... Solo estoy un poco pensativa.— respondió Emma, tratando de sonar casual. No quería que Hermione sospechara de nada.
—Ah... Ya, entiendo. ¿Y... Se podría saber en qué piensas?— preguntó Hermione.
—Ya sabes... Es que, no he encontrado información sobre mi familia desde que escuchamos del ministro.— murmuró Emma —Es... Complicado, conseguir información... En fin, ya no importa. Debería dejar de intentarlo.