Ron y Hermione estaban en la sala común de Gryffindor acabando un mapa del cielo, para una tarea de la clase de Astronomía.
Harry a los pocos minutos entro, venía de un entrenamiento de quidditch.
—¿Qué ha pasado?— pregunto Harry a Ron y Hermione, al ver la sala común muy animada. Más de lo normal.—Primer fin de semana en
Hogsmade.— contesto Ron señalando una nota que había aparecido en el viejo tablón de anuncios.
—Finales de octubre, Halloween.
—Estupendo— dijo Fred, que había seguido a Harry por el hueco del retrato.
—Tengo que ir a la tienda de Zonko, casi no me quedan bombillas.—
Termino Fred de hablar.Harry se sentó al lado de Hermione y Ron, Al ver su cara, Hermione supo lo que pasaba, pues justo el día anterior hablaban de lo mismo y lo habían estado animando, pero al parecer no funcionó del todo.
—Harry, estoy segura de que podrás ir la próxima vez.— Lo consoló Hermione.
—Van a atrapar a Black enseguida, Ya lo han visto.—Black no está tan loco como para intentar nada en Hogsmade.
Además, puedes preguntarle a McGonagall si puedes ir ahora,Harry.
Pueden pasar años hasta la próxima vez...— dijo Ron, Hermione lo
miro mal.
—¡Ron!— regaño Hermione. —Harry tiene que permanecer en el colegio.—
—No puede ser el único de tercero que no vaya. Vamos, Harry, pregúntale a McGonagall...— dijo Ron.—Sí lo haré— dijo Harry, decidiéndose. Hermione abrió la boca para sostener la opinión contraria, pero en ese momento Crookshanks saltó con presteza a su regazo.
Una araña muerta y grande colgaba de su boca.
—¿Tiene que comerse eso aquí delante?— preguntó Ron funcionando el entrecejo.
—Bravo, Crookshanks, ¿la has atrapado tu solito?— dijo Hermione.Crookshanks masticó y tragó despacio la araña, con los ojos insolentemente fijos en Ron.
—No lo sueltes.— pidió éste irritado, volviendo a su mapa del cielo.
—Scabbers esta durmiendo en mi mochila.—
Harry bostezo. Parecía tener sueño pero antes, Hermione le recordó que tenía que terminar su mapa. Así que Harry tomo su mochila, sacó pergamino, pluma y tinta, y empezó a trabajar.—Si quieres, puedes copiar el mío.— le dijo Ron poniendo nombre a su última estrella con un trazo elegante y acercándole el mapa Harry.
Hermione, que no veía con buenos ojos que se copiaran, apretó los labios, pero no dijo nada.
Crookshanks seguía mirando a Ron sin pestañear, sacudiendo el extremo de su peluda cola. Luego sin previo aviso, dio un salto.—¡EH!— gritó Ron, apoderándose de la mochila, al mismo tiempo que Crookshanks clavaba profundamente en ella sus garras, y comenzaba a rasguñar con fiereza.
—¡Suelta, estúpido animal!— Ron intenta arrebatar la mochila a Crookshanks, pero el gato siguió aferrado con sus garras, bufando y rasgándola.—¡No le hagas daño, Ron!—
gritó Hermione. Todos los miraban, Ron dio vueltas a la mochila con Crookshanks agarrado todavía a ella y Scabbers salió dando un salto.—¡Sujeten a ese gato!— grito Ron en el momento en que Crookshanks soltaba los restos de la mochila, saltaba sobre la mesa y perseguía al aterrorizado Scabbers. George Weasley se lanzó sobre Crookshanks pero no la atrapó. Scabbers pasó como un rayo entre veinte pares de piernas, y se fue a ocultar bajo un mueble viejo.
Crookshanks patinó y frenó, se agachó y se puso a dar zarpazos con una pata delantera.
Ron y Hermione se apresuraron a echarse sobre él.Hermione tomó a Crookshanks por el lomo y lo levantó. Ron se tendió en el suelo y sacó Scabbers con dificultad, tirándola de la cola.
—¡Mírala!— le dijo a Hermione, hecho una furia. Poniéndole Scabbers delante de los ojos, la rata estaba en los huesos.
—¡Mantén a ese gato lejos de ella..!
—¡Crookshanks no sabe lo que hace!— dijo Hermione con voz temblorosa.
—Todos los gatos persiguen a las ratas, Ron.