19. Lo sé y lo siento.

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Estaba sentada frente al espejo de la habitación mientras Jazmín me cepillaba el cabello después de haberme bañado para eliminar mugre y un poco de lo que pasé.
Ella no me ha regañado ni cuestionado de por qué lo hice, solo ha estado junto a mí; ella es incondicional y eso me reconforta.

-Está listo, princesa.- Dijo pero no con el dulce tono de siempre, esta vez había decepción y frialdad en su voz. La he decepcionado. He decepcionado a la única persona que no piensa que debo tomar clases de etiqueta para pertenecer.- Si no necesita nada más, me retiro. Con su permiso.- Me hizo una reverencia y llegó hasta la puerta-.

-Jaz...-le dije antes de que abriera la puerta para poder dejarme con mis fantasmas y recuerdos asfixiantes. Ella rozó la perilla y suspiró agotada. Se restregó las manos en el mandil y tomó aire para luego girarse hacia mí.-

-¿Sí, princesa?- dijo con la mirada caída y la voz entristecida-.

-No te vayas- le rogué con lágrimas amenazantes en mis ojos.- Por favor no ahora.

-No la dejaré.- Esas palabras me hicieron soltar en llanto. Ella llegó a mi lado para abrazarme y consolarme.-

-Ahora tú también me odias por hacerlo...-dije entre sollozos. Ella se levantó en seco y yo la miré confundida.- ¡Perdón!- me tiré a sus pies para rodearle las piernas con mis brazos.-

-¿Cómo puede, siquiera, pensar que yo la odio, princesa? Por favor párese, no tiene que hacer esto.

-Tú me odias...- quitó mis brazos de sus piernas y se incó a mi frente para abrazarme con fuerza.-

-Jamás la odiaría. Usted es como una hija para mí..-no continuó-.

-Oh, Jaz. No importa, eso es lo más reconfortante que me han dicho desde que llegué a este estúpido lugar. Tú eres como mi madre. Ambas me hacen sentir en paz.

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-Y entonces oí que decía que yo llegué a estorbarle. ¿Sabes si...- no debía hacer esa pregunta pero tengo qué- si Peter anduvo a escondidas con alguien del servicio?- enredé mis dedos en la sábana. Jazmín se puso tensa, eso es un sí.-

-No, él nunca abrió paso a ninguna mujer del servicio. Siempre fue muy reservado con todos. Pero...- tomó bastante cantidad de aire- sí hubo una mujer que le coqueteaba, ya sea subiendo la bastilla del vestido del personal, enredando su pelo entre los dedos al momento de estar con él. Pero el joven Peter nunca le hizo el caso que ella esperaba recibir.

-¿Crees que intente algo en mi contra?

-Ella haría todo por ser la futura reina, pero el príncipe Peter no va a permitir que le hagan daño, princesa.

-¿Peter? Si ni siquiera me conoce y no yo a él..- la puerta se abrió de repente ocasionando que Jazmín se levantara de la cama de un salto.-

-No sabía que tenía compañía señorita McClaire.- Dijo tan formal como siempre-.

-Oh, no. Yo... Yo ya me iba- dijo Jazmín bajando la cabeza, ¿a caso se estaba ruborizando?-

-Solo le pido que nos deje a solas unos minutos. Necesito aclarar cosas con la princesa así como llegar a acuerdos. A puesto a que necesitará a alguien de su calibre- señaló a Jaz con ambas manos, sí, le va a dar un cumplido. Un cumplido que hará que sonría por todo el día o la semana y que se valore un poco más.- ¿O no, princesa?- me voltearon a ver. Jason para que le confirmara y Jaz para que le aprobara.-

-Así es, Jesy, digo, Jason.

-Puedes llamarme como gustes.- Me sonrió mientras mi moza se acercaba a la puerta.-

-Princesa, sí lo conoce.- Dijo para luego retirarse. ¿Lo conozco? ¿Ah sí?-

-¿A quién conoces?- me preguntó Jesy volviendo al tono de voz duro y firme, ¿dónde quedó la simpatía?-

-Me parece que no le incumbe, señor Jason.- Le contesté de igual forma. Colocó ambas manos en cada bolsillo de su pantalón y, estresado, suspiró.- ¿De qué querías que hablaramos?- su mirada se clavó en mí y pude sentir una evaluación penetrante con ella.-

-¿Por qué lo hiciste?- dijo por fin; se pasó la mano derecha por el pelo ocasionando que este se desalineara.-

-¿Por qué hice qué?- me acomodé mejor en la cama y me recargué en la cabecera-.

-Por favor, Grace. Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.- Soltó en un tono de voz más elevado.-

-Creí que te lo había dejado muy en claro anoche. No quiero casarme con alguien a quien no amo ni mucho menos conozco, señor Jason. ¿Y mi familia? ¿Es que a caso no la voy a volver a ver?

-Se le mandará traer el día de la boda.- Me contestó frustrado.-

-¿Por qué no, de una vez, el día de mi dichosa fiesta de compromiso?- alardeé molesta-. Se supone que el padre debe de conceder la mano de su hija.

-En este caso no será de esa forma.

-¿En cuántos meses?

-¿Qué?

-Sí, ¿en cuántos meses es la bendita boda?

-Cinco... En cinco meses. Se te dará una vida llena de comodidades, lujos, todo lo que tú quieras.

-¿A cambio de qué?- pregunté con temor de la respuesta-.

-La cena ya se va a servir. Te recomiendo que te vayas arreglando. Para mañana se te requiere a primera hora en el salón de celebraciones. Comenzarás a ver las cosas de tu fiesta de compromiso con Peter.- Se dió media vuelta para luego tocar la perilla.-

-No me has contestado.

-No tengo por qué hacerlo.- Y se fue.-

Un regalo para PeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora