43. Sigue las instrucciones.

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Narrador Universal:

Al otro día, muy temprano, se le dictó sentencia a Cornelia y el cuerpo de su padre fue enterrado en el cementerio.
Cornelia Pettis Kramer fue mandada al calabozo, con cadena perpetua por intento de homicidio a la princesa y acoso.

A Peter le han sacado la bala de inmediato y ahora tiene que evitar moverlo para que sane pronto.
A Grace comienza a ponérsele morado su pómulo.
Evelyn ya está con su familia. A salvo.

El médico limpió la herida de Cornelia, pero de ahí ya no tendrá más atenciones; la chica morirá en el calabozo. Y que agradezca, porque fue Grace la que dijo que no la mandaran a la horca.

~El día de la condena matrimonial~

Todos se han levantado muy temprano para arreglarse y checar que todo esté en su lugar para que sea perfecto.
La ceremonia comienza al medio día.

Jazmín se está encargando del peinado de la princesa y el maquillaje. Loretto acaba de entrar con el vestido y lo ha puesto en el ropero.

Por otro lado:
Peter es ayudado por su madre para acomodarle el traje bien diseñado; cabe decir que la reina es la más entusiasmada del lugar.

Son las diez con dieciséis.

~•~

-Has quedado hermosa.- Dice Loretto al verla. Ahora parece toda una princesa con ese pomposo vestido. Ella giró a verse en el espejo de cuerpo completo que le habían llevado; lo que vio no le gustó nada. Ya no era ella; la chica de Boston que ayudaba a su madre a preparar la comida para su padre y hermano.
La reina entró y se quedó asombrada por lo que sus ojos veían. Ahí estaba su nuera, la futura esposa de su único heredero al trono.-

-Oh, querida...- dijo con un hilo de voz. La emoción se iba a manifestar con lágrimas, pero no debía llorar o el maquillaje se correría, así que limpió las pocas lágrimas con un pañuelo de seda blanca.- Estás hermosa...

-Disculpen pero...quiero estar un momento a solas.- Dijo sin más. Jazmín, Loretto y la reina salieron sin preguntar.-

~•~

En los pasillos se encontraba indeciso. Pero, al final, se animó a ir.
Son las diez con cuarenta.
Debía darse prisa.
Primero fue por su amigo y luego, ambos, se dirigieron al mismo lugar.
Ya era hora.

Llamó a la puerta y ella cedió el paso.

-Grace...- quiso decir algo más, pero lo que veía le impedía seguir hablando. Era esa la mujer más hermosa que había visto en sus casi 20 años de edad.-

-¿Jason? ¿Qué pasa?

-Toma esto.- Le entregó un sobre. Ella lo tomó confundida.- Ahora escúchame.

-Jesy, ¿qué pasa? Me estás asustando.

-Te equivocas de persona, Grace.- Entró su amigo. Ya no tenía el cabello marrón, ahora había vuelto a ser pelirrojo.- Él no es Jason. Soy yo. Jason Belt Hoult.- Grace estaba más que confundida. Los miró a ambos.-

-Pero qué..

-Así es, Grace.- Le cortó el castaño-. Yo soy Peter Goss Army.- La habían engañado. Habían jugado con ella de cierto modo. Los miró incrédula. ¿Cómo pudieron hacerle eso?-.

-Confié en ustedes, más en ti..Jason, Peter...quien seas. Creí que eras mi mejor amigo en este lugar, que podía ver en ti, tal vez, hasta un hermano.- Reprochó-.

-Lo hice porque quería conocerte y mis padres no me iban a dejar hacerlo hasta que llegaramos de Bangkok. Quería saber de la chica que iba a ser mi compañera de vidq.- Jason se había cruzado de brazos. Esto le incomodaba-.

-Así es, Grace.- Ella enfocó su atención al pelirrojo.- Joseph y Eleonor no lo iban a dejar acercarse a ti, así que tuvo que inventar que me acompañaría al reino vecino y luego los alcanzaría allá. Antes de partir, me dijo su plan. Al principio creí que estaba loco, pero lo ayudé.

-La reina y el rey...¿no saben nada, entonces?- preguntó luego de varios minutos. Ambos negaron.-

-En el sobre que tienes en manos están algunas instrucciones para que puedas salir sin que nadie te vea y detenga.- Jason bajó la mirada y Peter continuó.- Después de todo lo que has pasado aquí, no mereces que te tenga cautiva. Además, me dijiste que te ayudara a salir de aquí, ¿no? Gracias por todo Grace McClaire. Eres libre.- Grace contempló el sobre.- No te detendré.- Le alentó Peter. Los vio a ambos y, algo le decía, que los extrañaría, pues habían formado, de alguna manera u otra, parte de su vida. Peter y Jason se hicieron a un lado para abrirle paso. Había algo en el corazón de Peter que le decía que ella no se iría, que ella se quedaría a su lado para amarlo, pero ella salió corriendo, sintiendo la adrenalina por sus venas; saldría de allí. Le dio una breve leída y siguió corriendo, escapando de todo y de todos.
Jason puso su mano sobre el hombro de Peter, brindándole apoyo, pues sabe que su amigo ama a esa chica...y la dejó ir por amor.

Un regalo para PeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora