23. ¡Has vuelto!

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Ha pasado una semana, una semana demasiado larga.
Jason no ha vuelto de donde se que se haya ido.
Me la he pasado organizando todo sola con Loretto porque Stella me ha dicho que está pendiente de otras cosas..., otras cosas que no tienen nada qué ver conmigo o la fiesta de compromiso.

~~~•~~~

-Stella, ¿te sientes bien? Te noto un poco...nerviosa.

-Sí, es solo que..ellos...mañana.... Lo siento- se levantó del comedor y salió de la sala.-

-¿Sabes qué tiene?- le pregunté confundida a Loretto.-

-Mañana regresan. Está nerviosa.

-¿Quién regresa?- le pregunté intrigada-.

-Yo...- dejó el tenedor a un lado y se pasó la servilleta por los labios.- Deberías prepararte.

-Prepararme, ¿para qué?

-Debes lucirte. Yo te ayudaré con el atuendo.

-Pero lucirme, ¿con qué?

-Descansa, que mañana a primera hora te necesito bañada y lista en mi habitación.

-¿En su habitación?

-Deja de repetir en forma de pregunta todo lo que te digo- me dijo un tanto irritado-. Te veo mañana, si me disculpas..- corrió su silla hacia atrás y se dispuso a irse. Lo ví abrir y cerrar la enorme puerta del comedor. Sola, total y completamente sola. A los pocos segundos entró Jazmín con una charola con pastelillos.-

-¿Sabes quién vuelve mañana?- le pregunté mientras ella los colocaba en una base que está ubicada al centro del inmenso comedor real.-

-Te necesito en el salón de fiestas ahora- dijo remarcando 'ahora'. Miré a Jazmín y ella asintió de modo que me daba ánimos para ir. Me levanté de la silla y caminé hacia ella.-

-¿Por qué nadie me quiere decir qué va a pasar mañana y quiénes regresan?- mantener su ritmo de caminata me es difícil pero lo intento-.

-¿Recuerdas todo lo que te enseñé sobre la etiqueta?

-Sí- entramos y ella seguía caminando. Yo me quedé parada observando cada detalle nuevo en el salón-.

-Necesito que mañana lo pongas en práctica; que te comportes como debe de ser y que dejes tus niñerías a un lado, ¿queda claro?

-Pero díganme por qué. Ni que fuesemos a recibir a los reyes.- Stella paró en seco y se giró hacia mí con la cara más pálida que le he visto. Entonces entendí todo.- No es verdad- murmuré y me dejé caer en la silla que estaba a mi izquierda, un tanto agobiada por el hecho-.

-Grace, no pierdas la postura. Una princesa jamás lo hace.

-Ya vienen..- volví a murmurar. Cerré mis ojos con fuerza para convencerme de que aquello no era verdad.-

-No intentes escapar de nuevo. Pondré a los guardias a rondar por tu habitación.

-Tranquila, no lo haré de nuevo.- Respiré hondo para controlarme-. ¿Entonces para eso está tan arreglado el castillo y el salón?

-Sí. Puedes..., puedes retirarte para que descanses. Mañana te presentas con Loretto a...- la corté-.

-Sí, a primera hora para que me arregle.

-Veo que ya te lo ha dicho.

-Sí, justo cuando te fuiste.

~~~•~~~

-Ya han llegado.- Avisó un sirviente. Stella asintió y Loretto dio los últimos toques al vestido rojo que escogió.-

-Recuerda, Grace.- El sirviente se retiró y yo casi no podía respirar por lo ajustado que está este vestido.- Bajaremos Loretto y yo para recibirlos. Cornelia vendrá por ti para que bajes a conocerlos.- Me informó Stella.- Vámonos que de seguro ya vienen pisando el palacio-. Salieron de la habitación, me vi en el espejo de cuerpo completo. No soy Grace McClaire, la chica de Boston.-

-Y si...me porto mal..., ¿me correrán?- una sonrisa maliciosa se asomó en mis labios y varias ideas absurdas pasaron por mi mente, todas rebasaban límites sobre etiqueta. Los minutos pasaron y Cornelia no se aparecía. Las trompetas ya habían terminado de anunciar la llegada del príncipe y de los reyes de Londres.- Seguro y a Cornelia se le ha olvidado venir.- Suspiré y salí de la habitación; hay muchas personas esparcidas en los pasillos, todas moviéndose de un lado a otro sin parar. Caminaba por un pasillo que no había recorrido en todo este tiempo que he estado en este lugar. ¿Y si me perdí? Caminé un poco más, el vestido es algo pesado y largo.- Grace, Grace, Grace, Grace... ¿Por qué no te esperaste en la habitación? Haber dime: ¿en dónde estás ahora?- Me recargué en la pared y suspiré.- ¿Por qué todo lo malo me pasa a mí?- En eso oí pasos acercarse, ahora puede ser cualquiera.-

-¿McClaire?- al oír su voz sentí cómo cada músculo de mi cuerpo dejaba la tensión de lado; sin pensarlo dos veces me lanzé a él y lo estreché-.

-¡Has vuelto!- Le dije conteniendo las lágrimas-. No sabes lo horrible que fue estar aquí sin ti a mi lado. Necesitaba a mi mejor amigo, a Jesy.

-Lo siento, pero tuve que salir de rápido para encontrarme con...con.. Peter en la ciudad vecina. Fui avisado por medio de una carta. Le expliqué todo sobre los rumores que divagan en las afueras del palacio.- Nos separamos-.

-¿Y qué pasó? ¿Todo bien?- le pregunté con la angustia a flor de piel-.

-Todo bien- me sonrió-. Hasta ahora...

-No entiendo.

-Peter está aquí junto con el rey Joseph y la reina Eleonor.

Un regalo para PeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora