— ¡Siii yo era ese! — grito Jimin golpeando sobre la mesa su puño, riéndose.
Taemin reía de la misma forma, Jimin había descubierto unos cajones en la oficina de su papá con fotos antiguas. Jimin aparecía sentado sobre un charco de lodo después de caerse de un asiento de caballo que estaba en el suelo, tenía como cuatro años.— Eras muy inquieto— comento la señora Kim mientras se movía por la cocina.
Su cabello rubio y ojos canela se distinguían en una foto antigua. Taemin se reía igual porque era divertido ver a Jimin empapado con su rostro arrugado y llorando.
Jungkook que estaba frente a ellos solo los observaba. Sonreía de vez en cuando. Pero había algo en todo aquello que le producía una verdadera y gran incomodidad. No sabía si era la risa genuina de Jimin, o el brazo que tenía alrededor de Taemin, o quizá la mirada de indiferencia que Jimin le daba de vez en cuando porque después de que el corrió alejándose de Jimin y galopando desenfrenadamente, se dió cuenta que Jimin no habría hecho eso solo por hacerlo sino que en realidad sentía algo por él, y eso le trajo un sin fin de pensamientos contradictorios. Pero lo que más le perturbaba era recordar como, dentro de todas las sensaciones que sintió, lo había cautivado y le había gustado exquisitamente. Jimin tenía labios suaves y acolchados, él nunca se detuvo a imaginarlos pero ahora lo hacía. Porque ya los había sentido.
Era un poco desconcertante toparse con él cada día, practicar juntos, conversar, y hacer como si nada paso, porque por increíble que pudiera parecer, Jimin no le volvió a hablar de lo que sucedió, no le pidió explicaciones de porqué se fue y siguió como si aquello había sido un sueño.
— ¡Jungkook! — gritó la señora Kim cuando este rebalsó su taza de café.— Que haces cariño— su estupidez y pensamientos lo habían llevado a no concentrarse en lo que estaba haciendo y no se había dado cuenta, se alejó hacia atrás con la silla para no quemarse.
— Que torpe eres Jungkook — le dijo Jimin, —pudiste quemarte muy feo.
—Lo siento, —pudo decir Jungkook un poco nervioso y sonrojado.
Taemin le alcanzó un paño, para que terminara de secar el reguero de agua en la mesa.
— gracias — dijo Jungkook, sintiéndose el hombre más estúpido de la tierra.
— Vamos a las caballerizas, hay que trabajar. — dijo Jimin
Los tres se ponen de pie. Jungkook se queda atrás. Mientras caminaban por el pasillo hacia afuera por la entrada principal un brazo lo alcanza a agarrar y lo tira dentro de un pasillo y cierra la puerta.
Jimin mira hacia atrás sintiendo un enorme vacío en su pecho. Sabía lo que pasaba. Ya lo tenía más que asumido.
Habían sido días difíciles para él, trabajar con Jungkook y hacer como si nada había pasado le rompía por dentro, se odiaba a sí mismo por permitirse sentir todos aquellos sentimientos, porque no podía luchar contra lo que era evidente, Jungkook no lo veía de esa manera. Era más fácil la indiferencia, pronto se olvidaría de el, y ese enamoramiento estúpido se iría, y se reiria de lo que sentía ¿ No cierto?
—Jimin, había pensado dar una vuelta por la Hacienda, quisiera ir a la laguna, llevo casi tres semanas y no he podido ir, — dijo Taemin caminando a su lado.
— ¿A qué hora terminas la primera ronda en las caballerizas?
— A media mañana.
— Vamos a esa hora entonces.
Iban caminando hacia las caballerizas.
A lo lejos se veía a Dominique paseando sobre una yegua con Catalina tirado por Eun Woo.Se veían bien los tres juntos, Dominique no ocultaba su fascinación por él. Y muchas veces tuvo que golpear la cabeza de su amiga porque se le quedaba mirando como una estúpida. Cuando Eunwoo sonreía parecía un ángel. Aunque no la culpaba, después de Jungkook, Eunwoo tenía una hermosa sonrisa.

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INDOMABLE
RomancePark Jimin recibió una carta que cambio su feliz vida, tendría que volver a aquel lugar, al lugar donde solo había tenido tristeza, lo único maravilloso de ahí había sido Star. Pero cuando volvió, y se encontró con su doloroso pasado, descubrió que...