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Jungkook reía con Jimin después de ir por la señora Kim al hospital. Tae estaba mucho mejor, pero aún debía quedarse un par de días más.

Mientras se estacionaban frente al gran portón. El guardia asomo su cabeza por la ventanilla.

— Buenas noches Jimin.

— Buenas noches Jack.

Jack abrió y mientras cruzaba el gran portón con la inicial de los Park, a Jimin le daba un escalofrío pasar esa puerta y recordar viejos tiempos.

Cuando entraron cada uno subió a su habitación. Jungkook a buscar un suéter porque había bajado la temperatura, Jimin a acostarse y la señora Kim en busca de ropa.

Jungkook esperaba en la camioneta cuando vio a Taemin saliendo de entre los arbustos cerca de la mansión.

Fue una extraña sensación que le produjo, porque... era una de las salidas secretas para cuando tenían sus encuentros con Yoongi dentro de la casa, uno de esos pasadizos secretos que no sabían porque el señor Park los había hecho.

Quizá Taemin lo conocía, mal que mal él había vivido ahí mucho antes de que él llegara. Pero de igual manera ¿Qué estaría haciendo?

La señora Kim lo despertó de sus pensamientos. — Vamos Jungkook, para que puedas volver temprano y descansar.

Jungkook asintió, con una extraña sensación en su pecho.

Luego de volver de dejar a la señora Kim, pasó por la cocina, se sirvió un vaso de agua y suspiró, ya era hora de enfrentarse con aquello, de hacer lo que tenía que hacer, de no dejarse atormentar por un amor que ya no existía en él, sabia que iría mal, muy mal. Pero no había mas opción que aceptarlo.

Yoongi estaba sobre un fardo de paja en las caballerizas, esperando por Jungkook. Sintió los caballos relinchar, y los pasos de alguien que se suponía era Jungkook.

Estaba solo con camisa y un pantalón de vestir mientras lo esperaba sentado con las piernas abiertas, tocándose descaradamente sobre la tela de su pantalón.

Jungkook llegó. Lo miro de arriba a abajo, era cierto que Yoongi era un hombre muy atractivo, más si lo miraba de esa forma, pero su corazón ya no latía desbocado cuando lo veía, ya no sentia esa locura por tocarlo cuando lo veía así, mandón, ya no sentía esa necesidad por él.

— Llegaste ¡Ah! sabía que vendrías, — le dijo Yoongi poniéndose de pie, pero este no alcanzó porque Jungkook se acercó y se sentó junto a Yoongi.

— señor Park, — le dijo Jungkook, porque el quería que las cosas terminaran en paz — ya no podemos seguir con esto. Vine aquí solo para que le quedara claro que ya no volveré a estar con usted.

Yoongi cerró los ojos y sintió tanta rabia y descontrol que golpeó a Jungkook en su quijada y lo removió un poco. — ¡No te atrevas a dejarme Jungkook, tu eres mío!.

Jungkook se puso de pie, tomando su mentón un poco adolorido, le había pillado por sorpresa. — Yo no soy de nadie, — le dijo Jungkook con mucha rabia en su corazón, y golpeó a Yoongi tan fuerte como pudo, haciendo que Yoongi cayera de rodillas sobre la tierra. — ¡Y no vuelvas a golpearme ya no soportare tus mierdas!

Yoongi se sorprendió pero su rabia era aún más grande ahora — ¡Te mataré! — grito Yoongi levantándose del piso, llendo a donde Jungkook para atacarlo, pero se detuvo cuando vio a alguien afirmado en el portón, con brazos y pies cruzados, con sombrero negro, camisa blanca y jeans azules rasgados, con una sonrisa sarcástica en su rostro, mirándolo fijamente con sus ojos canela, era igual a su padre, el puto de Jimin era igual al hombre que mas odio en esta vida.

INDOMABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora