Capítulo 5. El regreso

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Volver a esta casa me llena de recuerdos, me hace sentir una extraña. Mi estadía en el internado era constante, siempre entraba y al tiempo salía, pero esta vez dure más de lo normal, 8 meses fuera de casa, fuera del infierno que es vivir aquí. Por lo menos los doctores eran amables conmigo, y mi psicólogo ni se diga.

—No te pongas cómoda que no duraras mucho aquí, en cuanto vea que estas purgándote y regresando todo lo que comes te mando de vuelta. — la voz de mi padre me asusta, no lo sentí entrar a la habitación.

Como siempre, ¿Por qué no puedo quedarme callada? — Como si eso te importara.

Lo veo acercarse peligrosamente a mí, me toma de mis brazos y su fuerza me hace retorcerme sobre mi lugar. Su mirada sigue siendo la misma, sigue siendo el mismo hombre que recuerdo.

—Deberían enseñarte buenos modales, niña estúpida. ¿No te basto matar a tu hermano?

Mi pecho se comprime y mi estomago se contrae. Forcejeo, pero es inútil, no puedo zafarme de sus manos fuertes. — Yo no lo mate, y suéltame.

—Siempre protegiendo a su dulce e inocente hermana, si supiera lo zorra que eres. Debe estar retorciéndose con los gusanos. Siempre tan inútil como tú.

Me lanza sobre mi cama y me mira con odio, como si pudiera dispararme con sus ojos, me asusta estar aquí, y entonces lo recuerdo, ¡la pulsera! Pero lo dudo, no sé cómo Alek podría salir del internado, nadie puede hacerlo a menos que se encuentre estable ¿Qué tendrá para haber entrado? Las pisadas fuertes de mi padre al salir del cuarto me traen a la realidad. Me siento sobre mi cama y busco mi teléfono, debe estar muerto, tanto tiempo sin cargar.

Una vez lo encuentro lo conecto y espero unos minutos a que encienda, el dispositivo vibra sobre mis manos recibiendo miles de mensajes y llamadas. Pero hay algo que llama demasiado mi atención, es un mensaje de un chat en específico.

Hermano D.

.

Solo eso, un punto, es imposible. El falleció hace 5 años, quizá su número fue asignado a una nueva persona. Espero a que el dispositivo cargue completamente y contesto algunos mensajes. Lo curioso mi madre no ha venido a verme, me pregunto dónde estará.

Cae la noche y mi madre sigue sin aparecer, eso comienza a preocuparme. Honestamente regresar aquí no me agrada no quiero vivir en esta casa con este sujeto, mi estomago ruge y me doy cuenta que no he comido en todo lo que va del día. Bajo hasta la cocina y no hay nadie, hay demasiado silencio y eso me aterra mucho más, me recuerda las noches en las que mi padre llegaba borracho y desquitaba todo con nosotros, Devon siempre nos defendía el prefería recibir todos los golpes e insultos.

El ruido de unas llaves y la puerta abrirse me hacen saltar en mi lugar, sigilosamente me acerco poco a poco para asomarme y averiguar quien ha entrado. —¿Alexis? — esa voz, puedo reconocerla en donde quiera que este. — ¡Madre! —. Corro hasta ella y la abrazo, me siento mucho mejor con ella en casa.

Acuna mi cara con sus manos y hace un escaneo asegurándose que estoy bien. —No sabes cuando te he echado de menos.

—Yo a ti, mamá. Estaba por hacer algo para cenar, ¿ya cenaste? — pregunto limpiando algunas cuantas lagrimas que se me han escapado.

—Yo te preparare algo, mi amor. Yo ya he cenado.

Pasan algunos minutos y entre la cena y pláticas con mi madre se hace más tarde aun, ambas estamos exhaustas así que decidimos ir a dormir, ella es la única persona por la cual regresaría a esta casa.

[***]

Han pasado 4 días desde que regrese a casa hasta el momento las cosas han ido muy tranquilas y eso me tiene confundida, mi padre es alguien que siempre está gritando, culpando y buscando cualquier pretexto para recordarnos la muerte de Devon. Esta mañana he decidido ir a ver a Jasper y Melanie, y con suerte toparme con Alek.

Hago el registro que me solicitan al entrar y me quedo esperando unos segundos hasta que me permiten pasar, me dirijo al jardín que sé que es donde podrían estar, a esta hora es al único lugar donde nos permiten ir. Observo el lugar y luce menos tenebroso que mi casa, me pregunto si será bueno fingir una recaída solo para volver. Los logro identificar debajo de un árbol donde siempre nos sentábamos, pero alguien choca mi hombro, Alek.

—Hey, hola

Él no dice nada solo sigue su paso, por su paso apresurado y su respiración agitada y pesada puedo deducir que no está de humor.

—No te sientas mal, acaba de recibir su diagnóstico. — habla una voz varonil detrás de mí. Me giro y me encuentro con un chico que jamás había visto. Dudosa me acerco a él y este me mira con cautela.

—Entiendo, ¿puedo saber cuál es?

—Claro, preciosa. Alek acaba de ser diagnosticado con Trastorno de identidad disociativo. Por lo menos ya sabemos que no está loquito.

—Él no lo ha estado, es tu amigo deberías ayudarlo a sentirse aceptado o que se yo. — lo ataco.

—Vaya, Alek tenía razón, preciosa. Eres igual que Devon.

Mi cuerpo se siente frio y un escalofrió me recorre todo el cuerpo, Alek no es el único que conoce a mi hermano. 

—¿Qué mierda? — susurro e intento avanzar a él, lo cual logro sacar una sonrisa. Unas voces me hacen detenerme y girarme sobre mis talones, Mel y Jasper.

—Volvisteeee. — mi amiga se lanza sobre mí y me rodea con sus brazos, Jasper solo se queda parado frente a nosotras observando al chico detrás de nosotros. —¿y tu no piensas saludarme? — pregunto al chico.

—Te fuiste sin decir nada y esperas a que te reciba feliz.

Melanie lo mira de mala manera y le hago un gesto de que lo deje en paz, el chico tenía razón después de todo.



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Espero les guste mucho. Y no olviden dejar su bonito voto! ✨

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