Capitulo 8. Serás mía

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Alek

Después de un rato regresamos a casa de Rene, estaba oscureciendo además debía volver al internado. Sabía que explicarle la historia de como conocía a Devon la mantendría tranquila, no quería alejarla por eso tuve que emitir ciertas cosas en la historia, todo debía salir a la perfección.

Deje a Alexis y maneje hasta el internado realmente tenía mucho que hacer, más citas por mis especialistas por mi increíble diagnóstico. Los chicos venían solo de visita, no puedo creer que me sigan reteniendo en este jodido lugar. Mi teléfono vibra en mi bolsillo y reviso el mensaje de mi amigo.

Bastian.

¿Dónde estás? Conseguimos sacarte, eres bueno mintiendo.

Como si alguien haya escuchado mis suplicas, logre escaparme del guardia diciendo que mi familia me llevaría de paseo, y no entiendo porque este lugar tiene todo acceso así de fácil. No fue difícil entrar, sabia un lugar especial por donde salía y entraba con facilidad sin ser descubierto.

—¿Se puede saber donde estabas metido? — mi querido Bastian tan lindo como siempre recibiéndome.

—Bastian, cariño. Yo también te eche mucho de menos. ¿A dónde me llevaras a comer?

—Eres un pendejo al igual que los otros 3 que hay en ti. — contesto molesto.

Lo mire de mala gana. —  ¿Acaso tu esposa no te da buen sexo?

Luego de un buen rato, condujo hasta nuestra guarida – como él lo llama – ahí vivíamos los 4, Caín, Ashton, Bastian y yo, si tan solo fuéramos los 5.

Era una noche fría, Devon y yo no podíamos dormir, como de costumbre, pero me las había ingeniado para traer un poco de hierva al campamento, un porrito no le caería mal a nadie.

Mientras fumábamos mi amigo me hablaba sobre lo mucho que amaba a su hermana, sobre lo mucho que le dolía no haber podido hacer algo cuando su padre le disparo.

—Fue la imagen mas escalofriante, ver a mi madre inconsciente y a mi hermana bañada en un charco de sangre luchando por su vida, para mi pasaron años en lo que llegaba la ambulancia, yo daría mi vida por ella.

Le doy una calada a mi cigarro expulsando el humo viendo hacia el cielo. — ¿Tienes fotos de ella y tu madre? Espero algún día conocerlas, hermano.

Veo como mete su mano a su bolsillo y saca su teléfono, busca una imagen y me tiende el celular, veo cada foto con ellas, realmente parecen felices a pesar del caos que hay en casa. La chica es hermosa, cabello oscuro, tez blanca, sus ojos son grandes, sus pestañas hacen que su mirada sea más profunda, es hermosa al natural, por la foto puedo deducir que es de estatura pequeña, sus ojos, ese color azul brillante me dejo sin aliento.

—¿Puedo llamarte cuñado? — pregunto a mi amigo

Este se echa a reír dándome con su puño en mi hombro. —Es menor que tú, cabrón.

—Por favor, Devon. Solo son dos años.

Ambos nos reímos y continuamos platicando, y yo rogando por su permiso para salir con su hermana al regresar.

Un nudo se forma en mi garganta al recordar a mi amigo, nunca lo defraudaría, no solo el daría la vida por su pequeña hermana, yo también lo haría.

Alexis.

Era extraño dormir en la misma cama que mi hermano un día uso, todo me daba nostalgia, la habitación seguía teniendo su aroma. Será difícil adaptarme a esta nueva vida. Me acomodo sobre mi nueva cama y me quedo viendo el techo fijamente pensando en lo que me conto Alek hoy. "Mi debilidad" no quise ser imprudente con Alek, pero realmente quería saber quien es su debilidad, fue la razón para traicionar a Devon después de todo.

DEVONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora