Capitulo 11: Dante

168 11 0
                                    

Había pasado todo el día buscando a Heaven, estaba exhausto, ¿Dónde se habría metido, tenía mucha hambre y estaba oscureciendo, pase corriendo junto a un gran árbol, cerca había un estanque habían huellas alrededor de este, ella había estado aquí. Mire a mi alrededor, no había nada diferente, decidí regresar. Tal vez ella había encontrado el camino de regreso, seguí corriendo hasta que sentí chispas de magia, la materia era mi elemento y se me daba bien encontrar cosas, mire de regreso al gran árbol, la magia venia de allí, me fije en todos los detalles y me di cuenta que ella se había vuelto invisible. Una habilidad un poco extraña pero ella la había dominado sin más. 

Regresé y me senté junto a la fuente de magia, y con forme me acercaba su silueta se veía mejor. Todavía le faltaba práctica, de cerca se veían los límites de la magia, como ondas. Tenía que pensar en algo para convencerla de regresar, esas eran mis órdenes. Además yo no quería que se vaya. Me caía muy bien y era bastante bonita. Su cabello era negro, largo y lo tenía ondulado, le llegaba casi a la cintura la cual era muy pequeña. Tenía unos ojos grandes, cuyo color aun no acababa de descifrar, yo creía que eran negros, pero a veces los tenía marrones. Tenía unos labios hermosos, cada vez que los veía quería probarlos y necesitaba la mayor parte de mi auto control para mantenerlos lejos de mi boca, pero su sonrisa era la más hermosa del mundo, cada vez que ella reía o sonreía, no podía apartar mis ojos de ella, la forma en que la alegría invadía sus ojos eran más que suficiente motivo para mantenerla sonriendo. Iba pensando todo esto mientras hablaba con ella. Y recobre la conciencia cuando le pedí que se quedara por mí. Vi en sus ojos algo de sorpresa pero luego asintió y me sonrió. Y ahí iba otra vez esa hermosa sonrisa suya. La ayude a ponerse de pie, pero vi que algo le preocupaba y de un minuto a otro ella me estaba jalando gritando que lobos nos perseguían. 

Pero no eran lobos, eran tyfourds, era la segunda vez que llegaban tan cerca del escondite. Algo pasaba en la seguridad que teníamos. Empecé a correr más rápido y al siguiente segundo la estaba jalando, considere la idea de cargarla para así no demorar mucho, no podía pesar demasiado. Pero luego me di cuenta que podría necesitar las manos para defendernos. Los tyfourds estaban cada vez más cerca de nosotros. Con la mano que tenía libre empecé a arrojar todo lo que encontraba a mi paso desde piedras hasta ramas. Adoraba la magia, hacia casi todo más fácil. Pero los tyfourds también tienen magia, aunque la de ellos consistía básicamente en manipulación. No se les hizo muy difícil esquivar lo que les lanzaba a pesar de estar convertidos en lobos. Teníamos que llegar al escondite lo más rápido posible, pero primero debíamos perderles, no podía guiarlos sin más.

Heaven se estaba cansando. Podía sentirlo, pero necesitábamos seguir corriendo. Trate de distraerla

Hey Heaven, este sería un buen momento para empezar a practicar magia ¿Te parece? ─sus ojos me miraban con incredulidad

─¿Hablas en serio?

─Claro, a ver dime ¿Qué harías en estos momentos?

─Seguir corriendo

Seguimos corriendo, Heaven se estaba cada vez más cansada. Teníamos que perderles, no podíamos guiarlos hasta la cabaña que hacía de escondite. No podíamos desvanecernos tampoco, porque podrían seguir el rastro de nuestra magia. Así que la cargué hasta que llegamos a un claro y nos paramos en el centro esperando a que lleguen. El sol empezaba a caer, pronto estaríamos en la oscuridad, eso significaba que tendríamos que acabar rápido con todo esto.

Heaven aún me sostenía la mano, pude sentir como giraba para mirar a todos lados desesperada. Yo sabía que estaban en las sombras ocultándose, en el bosque y nos estaban observando. Tenía que protegerla, ella era muy importante, no solo para los guardianes, sino también para mí. Hable a través de su mente, así no podrían escucharnos.

La guardiana del Tiempo (trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora