Jennie entró al salón de clases como en cualquier mañana lo haría, había llegado particularmente temprano; solía llegar a la escuela cuando los demás estudiantes también estaban llegando. Pero esa vez no sabía que le pasó.
Por el momento, en el salón solamente habían dos personas (contándose a ella):
La primera persona que llamó su atención fue Lisa, quien estaba sentada en su escritorio, absorta en un libro con una concentración intensa, como si el mundo entero desapareciera a su alrededor cuando estaba inmersa en la lectura.
Y efectivamente, la segunda persona era... ella, Jennie se detuvo como una estatua en medio del aula. El conserje de la escuela debía tener el espectáculo de su vida por las cámaras de seguridad, Jennie apostaba a que se sentía como viendo una telenovela.
Sin embargo, a pesar de la extrañeza de la situación, Jennie se sintió intrigada por la presencia de Lisa. Había algo en ella que la atraía, algo que la impulsaba a acercarse y descubrir más sobre esa chica misteriosa con la nariz metida en un libro.
Aparentemente, Lisa no la había notado y Jennie aprovechó para sentarse en su lugar, cuando lo hizo se le quedó viendo a Lisa que seguía allí, concentrada.
Era una de las pocas veces que se le quedaba viendo detenidamente, y siempre llegaba a la misma conclusión: era muy bonita.
Tenía un cabello dorado precioso que caía de forma elegante por sus hombros, sus ojos azules escaneaban todo con un aire que era único de su color; a Jennie se le hacían los dos ojos más tiernos y adorables que vio en su vida.
Lo único que a esa extraña chica le faltaba para parecer un verdadero ángel era tener alas.
Por lo mismo, por el hecho de que era una chica muy linda; Jennie verdaderamente se preguntaba por qué siempre estaba sola.
Bueno, tal vez Jennie si sabía, aunque en realidad no tenía tanto que ver con Lisa; eran más bien unos ridículos rumores.
Decían que Lisa era muy arrogante, una persona que no hablaba con los demás porque la existencia de las otras personas para ella era insignificante. Incluso, se metían mucho con su aspecto físico, usándolo como excusa para confirmar sus rumores.
Claro... porque si una chica bonita es callada, es una arrogante. Que pedazo de lógica.
Jennie siempre repetía lo mismo, sin embargo nadie le hacía nunca caso.
Jennie se sintió frustrada por la falta de comprensión que rodeaba a Lisa. Era injusto que la gente la juzgara tan superficialmente sin siquiera intentar conocerla de verdad. Sabía que los rumores eran solo eso, rumores, pero eso no hacía que fuera más fácil ignorarlos.
Mientras observaba a Lisa, Jennie se preguntaba qué pensaría ella de toda esa situación. ¿Estaría consciente de los rumores que circulaban sobre ella en la escuela? ¿Cómo se sentiría al respecto?
Sus propias mejillas se tiñeron con un fuerte tono rojo al ver como los ojos azules de Lisa dejaban el libro y luego se posaban en ella, reprimió una risa cuando la rubia brincó en su asiento y le miraba con cierto miedo.
Jennie se sintió un poco avergonzada al darse cuenta de que Lisa la había notado observándola. Se apresuró a ofrecer una sonrisa amistosa para tranquilizarla, pero podía sentir cómo el rubor se extendía por sus mejillas.
Se sorprendió cuando Lisa abrió la boca primero:
—¿Por qué llegó tan temprano?—preguntó Lisa con su voz ligeramente temblorosa, poniéndole un separador a su libro. Jennie volvió a sorprenderse cuando Lisa la trató de ''usted'', luego recordó que ella era un año mayor que Lisa.

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Asperger.
RomanceLalisa Manoban, es una chica excepcionalmente inteligente; más sin embargo, es vista por sus compañeros como una persona egoísta, arrogante que únicamente piensa en sí misma y no le importaba la opinión de los demás. Sin embargo, Jennie Kim descubre...