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El trauma que Jennie experimentó debido al incidente con Jongin era profundo y duradero. No solo afectaba su vida durante el día, sino que también invadía sus sueños por la noche, convirtiéndolos en una experiencia aterradora y perturbadora.

Despertar a sus padres en medio de la noche, gritando y llorando por los terribles recuerdos de lo sucedido, era una manifestación del impacto emocional que el trauma tenía en ella. El rostro de Jongin, con su expresión excitada y distorsionada, se había convertido en una presencia recurrente en sus pesadillas, recordándole el miedo y la angustia que había sentido durante el incidente.

Namjoon y Seokjin, conscientes del sufrimiento de su hija, la consolaban y apoyaban en cada momento difícil. Estaban dispuestos a hacer todo lo posible para ayudarla a superar el trauma y encontrar la paz y la seguridad que tanto necesitaba.

El contacto físico sorpresivo la ponía a la defensiva, una vez mientras Namjoon la levantaba por la mañana, Jennie se levantó de golpe completamente alterada y por instinto le pegó una cachetada. Terminó llorando entre los brazos de su padre mientras le rogaba que la perdonara.

El impacto del trauma en Jennie era evidente no solo en sus sueños perturbadores, sino también en su reacción a ciertos estímulos en su vida diaria. El contacto físico sorpresivo desencadenaba una respuesta defensiva y a veces incluso agresiva, como lo demostró el incidente con su padre, Namjoon.

La reacción instintiva de Jennie al despertar abruptamente y golpear a su padre con una cachetada, mientras él intentaba levantarla por la mañana, era un reflejo de la intensidad del miedo y la ansiedad que la situación traumática había sembrado en su mente. Para Jennie, cualquier contacto físico sorpresivo podía evocar recuerdos dolorosos y desencadenar respuestas de defensa.

Después del incidente, Jennie se encontró llorando entre los brazos de su padre, llena de remordimiento y angustia por haber lastimado a alguien a quien amaba profundamente. Pedir perdón fue su forma de expresar el dolor y la confusión que sentía, así como su deseo de encontrar la paz y la curación en medio de la tormenta emocional que enfrentaba.

Namjoon, comprensivo y amoroso, consoló a su hija, asegurándole que no había nada que perdonar y que entendía su reacción como una manifestación del trauma que había experimentado. Prometió estar ahí para ella en cada paso del camino hacia la recuperación, brindándole el apoyo y el amor incondicional que necesitaba para sanar.

La situación era especialmente difícil para Namjoon, ya que, como terapeuta, estaba familiarizado con casos de trauma y cómo abordarlos. 

Sin embargo, cuando se trataba de su propia hija, sus emociones como padre eclipsaban su conocimiento profesional. El ver a Jennie sufrir despertaba en él una mezcla abrumadora de preocupación, ira y frustración, lo que dificultaba mantener la compostura y actuar de manera racional.

El hecho de que su hija estuviera experimentando un trauma tan profundo, uno que él mismo había visto en muchos de sus pacientes, lo afectaba profundamente. Sentía una impotencia abrumadora al verla luchar con los recuerdos y las emociones dolorosas que el incidente había desencadenado en ella. A pesar de su experiencia profesional, Namjoon se encontraba luchando con el desafío de separar su papel de terapeuta de su papel como padre.

Aunque Namjoon se esforzaba por ofrecer el mejor apoyo posible a Jennie, también enfrentaba sus propias luchas internas al tratar de manejar sus propias emociones frente a la situación. Sabía que necesitaba encontrar una manera de equilibrar su papel como padre amoroso y comprensivo con su conocimiento profesional, para poder brindar a Jennie el apoyo y la orientación que necesitaba para sanar.

Seokjin siempre abrazaba a su hija, acunándola en su pecho y tarareándole suaves canciones para que pudiese dormir ya que Jennie se veía especialmente calmada cuando Seokjin hacía eso. Solía despertar más tranquila y la tensión de su cuerpo se iba.

Lisa también era una parte fundamental. La pequeña rubia visitaba a Jennie cada que podía, ambas chicas se daban mimos mutuamente para calmar las intensas sensaciones que experimentaban.

Además... Lisa extrañaba mucho a Jennie porque después de lo que pasó con Jongin, ella no había vuelto a la escuela.

A pesar del apoyo de su familia y de Lisa, Jennie aún luchaba por regresar a la normalidad después del incidente con Jongin. El miedo y la ansiedad seguían pesando sobre ella, haciéndola dudar de su seguridad en el entorno escolar. La idea de enfrentarse nuevamente a la escuela, donde ocurrió el trauma, era abrumadora para Jennie, lo que la llevó a evitar regresar a clases.

La ausencia de Jennie en la escuela dejaba un vacío en la vida de Lisa, quien la extrañaba profundamente. A pesar de entender las razones detrás de la decisión de Jennie de no volver a clases, Lisa anhelaba la compañía de su novia y deseaba poder estar con ella en la escuela, compartiendo momentos juntas como solían hacerlo.

Para Jennie, el regreso a la escuela representaba un desafío abrumador, pero también era un paso necesario en su proceso de recuperación. Sin embargo, enfrentarse a sus temores y volver a la escuela requeriría tiempo, paciencia y un fuerte sistema de apoyo para ayudarla a superar sus miedos y reconstruir su confianza en sí misma.


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Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora