07.

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Lisa se levantó a la mañana siguiente con algo de sueño, sin embargo, la idea de poder ver a su unnie en su escuela ciertamente la emocionaba mucho y por eso se levantó de forma animada.

Sacó sus piernas desnudas de la cobija y se estremeció por repentino cambio de temperatura. El día estaba helado, así que se desnudó con rapidez y luego entró casi corriendo al baño. Ajustó el agua para que estuviese caliente y luego comenzó a bañarse.

El síndrome de asperger, hacía que Lisa fuese muy sensible a ciertas experiencias sensoriales. Lisa era sensible especialmente a los olores. El olor a menta y el olor de los perfumes masculinos se le hacían muy opresivos.

Por lo mismo usaba champú de manzanilla y romero, cuya fragancia suave y natural no solo le resultaba agradable, sino que también ayudaba a calmar sus sentidos y a hacer más placentera su experiencia en la ducha. De esta manera, podía disfrutar de sus momentos de cuidado personal sin sobresaltos ni molestias provocadas por olores intensos.

Su loción también tenía olores similares, los olores característicos de la loción de bebé. Justamente, el aroma, era una de las muchas cosas que le gustaban de Jennie unnie.

Porque su mayor tenía un suave olor a rosas y eso la tranquilizaba.

Salió de la ducha secando sus cabellos rubios con cuidado, se envolvió como un tierno osito en una suave toalla y salió del baño. Abrió su armario y comenzó a aplicarse las cremas y lociones que generalmente usaba.

Abrió su armario, buscando algo de ropa cómoda para ponerse; en el fondo del mismo encontró un bonito suéter dos tallas más grande de color café claro. Le gustaba mucho ese suéter porque la capucha tenía orejas de osito.

Sin embargo, pensó por un momento, ¿Sería muy infantil ponerse ese lindo suéter?, porque tenía mucho miedo de que lo usaran para inventar más rumores. Solía reprimirse de vestirse como en realidad le gustaba porque le daba mucho miedo ser el centro de atención.

Lisa se quedó frente al armario, sosteniendo el suéter entre sus manos, sintiendo una mezcla de emociones. Por un lado, anhelaba la comodidad y la ternura que le brindaba ese suéter con orejas de osito. Pero por otro lado, el temor al qué dirán y a ser el centro de atención la hacía dudar.

Respiró hondo y decidió ponérselo, lo deslizó con cuidado por su torso, el final del suéter quedó por sus muslos, luego lo combinó unos pantalones mezclilla cómodos y unos calcetines suaves. Caminó hasta su escritorio y de el abrió el cajón en el que solía guardar sus aretes.

Escogió unos que eran de un diseño sencillo, pequeños y discretos, que complementaban perfectamente su atuendo. Se los colocó con cuidado, sintiendo cómo el peso ligero de los aretes colgaba delicadamente de sus orejas.

Tomó su mochila y se la colgó con cuidado en su hombro, salió de su habitación, bajó las escaleras. Allí estaba Yongsun preparando el desayuno, le saludó con un beso en la frente como siempre lo hacía y luego se sentó a desayunar.

Esperaba fuese un buen día.


Jennie salió del auto de Namjoon, se despidió de Seokjin y de Namjoon con un beso en la mejilla, sus padres correspondieron y la castaña caminó hasta el salón. Allí estaba Lisa con su cabeza y brazos recostados en el pupitre.

El corazón de Jennie dio un vuelco al ver a Lisa allí, con su cabello rubio cayendo suavemente sobre sus hombros y una expresión de concentración en su rostro. Había algo en la forma en que Lisa estaba recostada, como si estuviera esperando algo con ansias, que hizo que el corazón de Jennie latiera un poco más rápido.

Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora