—Hola Nini—saludó Lisa entrando lentamente a la habitación de Jennie, los ojos avellanas de la chica se iluminaron—¿Te sientes mejor?
Jennie levantó la mirada al escuchar la voz de Lisa, y una pequeña sonrisa se formó en sus labios al verla entrar a la habitación. A pesar del peso del trauma que aún cargaba, la presencia de Lisa siempre tenía un efecto reconfortante en ella.
—Hola Lili—saludó mientras palmeaba un lado de la cama para que su novia se sentara allí—. Un poco... creo que mañana voy a volver a la escuela. Pero tengo aún miedo...—admitió mientras entrelazaba sus dedos con los de Lisa—¿Puedes darme un besito?
Los grandes ojos azules de Lisa se iluminaron y asintió, extrañaba mucho a su unnie. Extrañaba sus mimos y caricias, extrañaba darle besitos en las mejillas y que ambas se dijeran cosas bonitas.
—Sí, Nini—respondió mientras tomaba las mejillas de su novia entre sus manos y empezaba a dejar repetidos besos en sus labios—... Nini es valiente...—murmuró Lisa entre besos—y, yo sé que...—volvió a llenar sus labios de besos—que vas a poder superarlo... lentamente, pero...—siguió besando y se sintió de forma inconsciente en las piernas de Jennie—... pero lo puedes superar. Unnie puede.
Hizo puños sus manos en el suéter de Lisa y suspiró suavemente, acarició con ternura la espalda de su Lili.
Ella era tan linda, era como un sueño.
—¿Si sabes que yo bajaría la luna del cielo por ti?—preguntó Jennie mientras hacía círculos con sus pulgares en la base de la espalda de Lisa.
Lisa miró a Jennie con una expresión de ternura y confusión al escuchar su pregunta. La idea de que alguien pudiera bajar la luna del cielo por ella parecía un pensamiento demasiado grande y hermoso para comprenderlo completamente.
—Nini... eso es imposible—respondió Lisa suavemente, con una pequeña arruga en su frente mientras intentaba entender el significado detrás de las palabras de su novia—. La luna está muy lejos y es muy grande... no creo que nadie pueda hacer eso. Además, romperías el equilibrio y habrían un montón de tsunamis.
Jennie rió suavemente ante la respuesta de Lisa, apreciando su sentido práctico y su preocupación por las consecuencias.
—Tienes razón, Lili. Sería un caos total si alguien intentara bajar la luna del cielo—respondió Jennie, acariciando con dulzura la mejilla de Lisa con el pulgar—. Pero lo que quería decir es que haría cualquier cosa por ti, incluso cosas imposibles.
—Pero, si las cosas son imposibles significa que no puedes hacerlas—reprochó Lisa.
Jennie sonrió ante la respuesta ingeniosa de Lisa, admirando su lógica y su forma única de ver el mundo.
—¿Sabes qué?, haz silencio y mejor besame—ordenó Jennie mientras abultaba sus labios.
—Pero...—Lisa estuvo a punto de decir otra cosa, pero Jennie la calló con un beso.
El suave roce de los labios de Jennie sobre los de Lisa fue como una melodía tranquila que llenó la habitación con una sensación de calma y amor. Lisa se dejó llevar por el beso, sintiendo cómo todos sus pensamientos se desvanecían ante la dulzura del momento.
Los labios de ambas se movían en perfecta armonía, como si estuvieran bailando una danza íntima y delicada. Cada beso era una expresión de amor y complicidad, un recordatorio de que juntas podían encontrar consuelo y fortaleza incluso en los momentos más difíciles.
Cuando finalmente se separaron, Lisa miró a Jennie con cariño, sus ojos azules brillando con ternura.
—¿Aún quieres acabar con la humanidad?—preguntó Lisa ladeando la cabeza, y Jennie pensó que no debió decir que iba a bajar la luna del cielo.
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Asperger.
RomanceLalisa Manoban, es una chica excepcionalmente inteligente; más sin embargo, es vista por sus compañeros como una persona egoísta, arrogante que únicamente piensa en sí misma y no le importaba la opinión de los demás. Sin embargo, Jennie Kim descubre...