16.

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Jennie y Lisa se quedaron dormidas, abrazadas en la cama. Lisa con su rostro enterrado en el cuello de Jennie, mientras la castaña envolvía la cintura de la menor entre sus brazos.

¡Se habían dado un besito!

Y luego de ese primer beso se habían dado otro, luego otro y muchos más. Los labios de la una tocando los de la otra fue la sensación más adictiva y bonita que ambas sintieron dentro de sus corazones.

Lisa entendía lo que sentía, su mamá Yongsun se lo explicó; se llamaba enamoramiento porque siempre quería estar cerca de su unnie, abrazarla y darle muchos besitos.

Aunque bueno, Lisa amaba el contacto físico, de todo tipo. Siempre que podía, iba a hasta donde sus madres para que le dieran besitos en la frente, para que le acariciaran el cabello y las mejillas.

Amaba entrelazar sus deditos con los de Jennie porque se sentía mucha calidez, amaba cuando ella le decía cosas bonitas porque la hacía sentir un cosquillas en su pecho y en el estómago. Le gustaba pronunciar el nombre de Jennie.

Jennie, Jennie, Jennie.

El nombre de Jennie resonaba en el corazón de Lisa como una melodía suave y reconfortante. Cada vez que lo pronunciaba, sentía que una cálida brisa de felicidad y amor la envolvía por completo. Jennie era mucho más que una amiga; era su confidente, su apoyo y su amor.

Entrelazar sus deditos con los de Jennie era como unir sus corazones en un gesto de conexión profunda y sincera. Sentía una sensación de calidez y seguridad cada vez que sus manos se encontraban, como si nada malo pudiera suceder mientras estuvieran juntas.

Y las palabras bonitas de Jennie eran como un bálsamo para el alma de Lisa, llenándola de alegría y amor. Cada elogio y expresión de cariño que recibía de Jennie hacía que su corazón se hinchara de felicidad, como si estuviera flotando en una nube de amor.

En resumen, Jennie era su luz, su alegría y su amor, y pronunciar su nombre era como abrir las puertas de su corazón a un mundo lleno de felicidad y ternura


Yongsun entró a la habitación de Lisa para monitorear su temperatura y comprobar que no tuviese más fiebre.

Pero la escena que se encontró cuando entró, hizo que su corazón se derritiera como si de un chocolate al sol se tratase.

Se detuvo en el umbral de la puerta al ver a su hija con su amiguita (amiga que claramente le gustaba), se habían quedado dormidas mientras se abrazaban. Lisa tenía su naricita escondida en el cuello de la mayor mientras que la misma abrazaba su cintura.

Era evidente que se preocupaban profundamente la una por la otra, y Yongsun no podía evitar sentirse emocionada al presenciar ese vínculo especial entre su hija y su amiga.

Le daban ganas de tomarles una foto como la madre emocionada que era en esos momentos y luego mandarsela a su esposa; al grupo de familiares si era posible, pero contuvo esas ganas sabiendo que debía respetar la privacidad de su hija.

Yongsun se quedó en silencio en el umbral de la habitación, observando con ternura la escena frente a ella. La paz y la serenidad que se reflejaban en los rostros de Lisa y Jennie mientras dormían abrazadas eran un testimonio del profundo vínculo que compartían.

Una sonrisa cariñosa se formó en los labios de Yongsun mientras admiraba a las dos jóvenes. Era evidente cuánto se querían y se cuidaban mutuamente, y como madre, no podía evitar sentirse agradecida por tener a alguien como Jennie en la vida de su hija.

Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora