04.

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Al día siguiente de los sucesos con el profesor Jongin, Jennie se acercó con rapidez a Lisa; la cual miraba distraídamente por la ventana con sus bellos y expresivos ojos azules. Con cuidado le tocó el hombro y reprimió una risita al verla brincar en su asiento de sorpresa.

Pudo ver las mejillas pálidas de Lisa sonrojarse al ver a Jennie.

—U-umm hola unnie—saludó Lisa de manera nerviosa, evitando el contacto visual con la mayor—¿Puedo ayudarte en algo?

Jennie sonrió con ternura ante la reacción nerviosa de Lisa y se sentó a su lado, sintiendo el palpitar acelerado de su corazón mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.

—Hola Lisa—saludó Jennie de forma amable—... te quería pedir un pequeño favor ¡únicamente si quieres!—Jennie se apresuró a aclarar cuando vio a Lisa ladear ligeramente la cabeza, provocando que sus cabellos rubios se movieran junto con su cabeza.

Lisa asintió, sin saber muy bien que responder.

—Bien... mira, tu eres muy buena en Física y Matemáticas. Y tal vez, tu podrías ayudarme a estudiar—explicó Jennie con cuidado, viendo como Lisa se sonrojaba aún más y luego sonreía de manera tímida.

Lisa se sintió abrumada por la solicitud de Jennie, pero al mismo tiempo se sintió halagada de que su amiga confiara en sus habilidades académicas. Asintió con timidez, sin saber muy bien cómo responder a ese tipo de interacción social.

—S-sí, claro, puedo ayudarte a estudiar —respondió Lisa con voz suave, esforzándose por ocultar su nerviosismo mientras evitaba el contacto visual con Jennie.

Jennie notó la incomodidad de Lisa y decidió ser más clara y directa para evitar confusiones.

—Lo siento si te puse en una situación incómoda, Lisa. No quiero presionarte a hacer algo que no te sientas cómoda haciendo —dijo Jennie con sinceridad, poniendo una mano reconfortante sobre el brazo de Lisa—. Solo quería aprovechar tu conocimiento en esas materias. Pero si prefieres no hacerlo, lo entenderé completamente.

Lisa se sintió aliviada al escuchar las palabras comprensivas de Jennie y le sonrió tímidamente.

—N-no, está bien. Estoy dispuesta a ayudarte en lo que necesites, Jennie —respondió Lisa, sintiendo un poco de alivio al expresar sus sentimientos de manera clara y directa.

Jennie le devolvió la sonrisa, agradecida por la amabilidad y disposición de Lisa.

—Gracias, Lisa. Eres increíble —dijo Jennie con admiración, sintiendo cómo la conexión entre ellas se fortalecía con cada interacción—. Eres como una superhéroe de las matemáticas—bromeó Jennie ganándose otra mirada confundida de Lisa.

Lisa se quedó un momento en silencio, procesando las palabras de Jennie. La idea de ser comparada con una superhéroe le resultaba extraña y confusa, pero al mismo tiempo, apreciaba el intento de humor de su amiga.

—¿Superhéroe? —preguntó Lisa con una leve confusión en su voz, mientras sus cejas se fruncían ligeramente en un gesto de incomodidad—. Pero... yo no puedo volar—respondió de manera confundida.

Había algo en esa extraña confusión de Lisa, que hacía que Jennie quisiera apretarla entre sus brazos y llenar su rostro de besos; Lisa era muy adorable y su pobre corazón no podía soportarlo.

—Solo era una broma—aclaró Jennie con una risita nerviosa.

Lisa arrugó la nariz, avergonzada.

—Lo siento—se disculpó con vergüenza, Jennie aún nos sabía de su asperger y seguramente estaba pensando que era una tonta.

—No te disculpes—reprochó Jennie y luego vió a Lisa cubrirse la boca con ambas manos, inevitablemente soltó una risita—¿Por qué haces eso?

Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora