03.

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Cuando Lisa salió del salón para comprarse un brownie en la cafetería, sintió todas las miradas sobre ella; pero no de una buena manera, podía sentir como todos las juzgaban entre ellos y se sintió inevitablemente como una niña pequeña, asustada.

¿Sería muy inmaduro decir que quería estar con sus madres en esos momentos?

Lisa continuó caminando hacia la cafetería, tratando de ignorar las miradas que sentía sobre ella. Cada paso que daba resonaba en su mente, y la sensación de ser observada la hacía sentir incómoda e insegura. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y deseaba poder desaparecer en ese momento, escapar de todas esas miradas penetrantes que la hacían sentir tan vulnerable.

Mientras hacía fila para comprar su brownie, Lisa intentaba mantener la calma. Se concentraba en su respiración, inhalando y exhalando profundamente para tranquilizarse. Pero por más que lo intentaba, no podía sacudirse la sensación de incomodidad que la envolvía.

Finalmente, llegó su turno y pagó por su brownie. Cuando se dio la vuelta para alejarse de la cafetería, se topó con la mirada de Jennie, quien estaba sentada en una mesa cercana. Jennie le sonrió cálidamente, y Lisa sintió un destello de alivio al ver un rostro amigable en medio de tanta tensión.

Le devolvió la sonrisa y luego caminó hasta los sitios que estaban al lado de los baños, esos lugares en dónde nunca nadie se ubicaba y eso para Lisa era un alivio.

Mientras Lisa se sentaba en su lugar tranquilo junto a los baños, se permitió un suspiro de alivio. Aunque todavía se sentía nerviosa por la situación en el aula y las miradas de sus compañeros, estar sola en ese rincón le brindaba un respiro momentáneo. Tomó su brownie con cuidado, sintiendo la textura suave y reconfortante entre sus dedos.

Mientras daba un mordisco al dulce postre, dejó que su mente se sumergiera en sus pensamientos. ¿Qué habría pasado si no hubiera intervenido en la discusión en clase? ¿Estaba mal expresar sus opiniones, incluso si diferían de las de los demás? Se preguntaba si debería haberse mantenido en silencio para evitar toda la incomodidad que ahora estaba experimentando.

Y para terminar de liarla....

Allí se estaban acercando Kangin y su grupito de amigos.

A medida que Kangin y su grupo de amigos se acercaban, Lisa sintió un nudo en el estómago. Sabía que su presencia no significaba nada bueno, especialmente después de la confrontación en clase. Instintivamente, Lisa comenzó a jugar con los bordes de su brownie, sintiendo la necesidad de distraerse mientras se preparaba para lo que vendría.

Kangin se detuvo frente a Lisa con una mirada desafiante en sus ojos, mientras sus amigos lo rodeaban con actitudes arrogantes.

—¿Qué tal, rarita? ¿Te estás escondiendo aquí para evitar más problemas? —preguntó Kangin con una sonrisa burlona, mirando a Lisa con superioridad.

Lisa se encogió ligeramente, sintiendo una oleada de ansiedad recorriendo su cuerpo. No sabía cómo responder a las provocaciones de Kangin, pero sabía que no quería más conflictos.

Tratando de mantener la calma, Lisa levantó la mirada hacia Kangin y respondió con voz tranquila pero firme:

—No estoy tratando de evitar problemas, Kangin. Solo necesitaba un momento de tranquilidad.

Los amigos de Kangin comenzaron a reírse, burlándose de la respuesta de Lisa. Kangin, por su parte, frunció el ceño con irritación.

—Oh, ¿así que ahora necesitas momentos de tranquilidad? ¿Qué, no puedes manejar un poco de presión?, ¿Es que acaso vives en una cajita de cristal como la niña engreída que eres? —replicó Kangin con sarcasmo, aumentando la tensión en el aire.

Asperger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora