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Ambos se quedaron mirándose a los ojos hasta estabilizar sus respiraciones. Sin esperar mucho la mayor se lanzó a besar el cuello del bajito, sacándole suspiros y algún que otro gruñido.

Sintió como el menor bajaba sus manos hasta sus glúteos, apretándolos por encima de la tela, creando una fricción entre sus intimidades que les hizo gemir a ambos. Seonghwa dejó el cuello del peli oreo para poder quitarle las manos de su culo, agarrándolas por las muñecas para levantarlas por encima de la cabeza de este.

El menor iba a protestar por ese gesto hasta que notó como la mayor empezó a moverse encima de él manteniendo sus brazos inmovilizados en el respaldo del sofá.

Sin dejar de moverse, se agachó para volver a unir sus labios en un beso muy necesitado, escuchándose los chasquidos por toda la habitación.

El menor gimió en la boca de la contraria, aprovechando para tomar un poco de aire. Levantó la vista para observar a la mayor, que se encontraba con los labios hinchados y las mejillas coloradas.

Esta se agachó para darle un corto beso, agarrando ahora las dos muñecas del menor con una sola mano, acariciándole la mejilla con la otra.

—Eres realmente precioso Joongi— dijo la mayor deslizando su pulgar a los labios de este, quitándole los restos de saliva —Ahora más te vale no mover las manos de su sitio si no quieres que me enfade.

Todavía ido asintió a la petición de la mayor, observando muy atentamente como esta se levantaba de su regazo para separarle las piernas y colocarse de rodillas entre ellas.

Llevó sus manos al pantalón del menor, desabrochando este muy lentamente haciendo que el contrario suspirara con pesadez. Una vez desabrochado procedió a bajarlo hasta la mitad de sus muslos, acariciando estos en el proceso, antes de llevar sus caricias hasta el creciente bulto todavía escondido por sus calzoncillos, sacándole más gemidos y gruñidos al peli oreo.

Con suma lentitud empezó a bajar la última tela inferior que llevaba el menor, le dedicó una mirada hambrienta antes de llevar una de sus manos a su muy despierta erección, delineándola con sus dedos hasta llegar a su rosada punta, donde se dedicó a dejar ligeras caricias con su pulgar.

Sin poder esperar mucho se acercó para poder tomar la erección del menor entre sus labios, delineándola con la lengua antes de introducirla totalmente en su boca. Empezó a succionar de una manera lenta y tortuosa para el contrario.

Dejó salir todo tipo de sonidos sin vergüenza cuando la mayor se ayudó de su mano derecha, subiéndola y bajándola por su caliente erección al mismo ritmo que lo hacía su boca.

Hongjoong echó su cabeza hacia atrás, recostándola en el respaldo del sofá, si seguía succionándole de esa manera se iba a volver demente.

Cuando la mayor dejó de atenderle con su boca notó que ya casi llegaba a su límite, pues esta aumentó el ritmo de su mano. Hongjoong agachó la cabeza para poder ver a la azabache, notando como esta tenía restos de saliva en su barbilla.

La maldita le miraba con ojos lujuriosos y una sonrisa burlona. De un momento a otro llegó a su clímax, explotándose su orgasmo en la mano de la mayor y parte del jersey de esta.

Cuando recuperó un poco el aliento la señora Park le ayudó a colocarse correctamente la ropa, asegurándose de que estuviera perfectamente vestido. Colocó sus brazos a los lados de la cadera del menor para acercarse y poder besarlo lentamente, disfrutando en demasía del contacto de sus bocas.

La alta se puso de pie para inspeccionar su vestimenta, encontrando restos de semen sobre su jersey negro.

—Parece que tendré que volver a cambiarme.

—Yo.. lo siento por eso— se disculpó avergonzado.

—No te disculpes, pero si quieres lo dejamos en un favor que puedes devolverme más tarde— respondió guiñándole el ojo con gracia.

El bajito boqueó al escuchar las palabras de la mayor, mirándola desde su sitio todavía asimilando lo que acababa de ocurrir.

—Voy a cambiarme la camisa, si quieres puedes acompañarme y te aseas un poco en el baño de mi habitación— comentó la mayor subiendo las escaleras.

Hongjoong siguió a la mayor por la casa hasta llegar a la habitación de esta, la mayor se lavó las manos primero, apartándose al terminar para que el menor tuviera todo el espacio. Al ver que el menor le miraba de reojo a través del espejo decidió jugar un poco más con él.

Se sacó lentamente el jersey manchado para dejarlo en el cesto de la ropa sucia, conectado miradas a través del espejo, notando como de manera disimulada el bajito miraba su escote.

Mientras el menor se lavaba las manos Seonghwa se acercó por detrás, rodeando la cintura de este con sus brazos. Depositó un corto beso en la base de su cuello susurrando un bonito antes de separarse para volver a su habitación y ponerse una camiseta ancha de manga corta.

Cuando Hongjoong acabó de asearse salió del baño, encontrándose a la señora Park tirada en la cama boca arriba mirando su teléfono.

Se acercó a la cama y con cuidado subió, gateando hasta la mayor, quien le miró sin decir nada. Trepó hasta arriba del cuerpo extendido, tumbándose encima de este a la vez que le rodeaba con sus brazos y escondía la cabeza en su cuello.

Seonghwa soltó una pequeña risa ante la acción del peli oreo, acercando su mano para poder acariciar el pelo de este mientras seguía mirando vídeos en su teléfono

A los pocos minutos notó como la respiración del menor era más ligera, indicando que se había quedado dormido por sus caricias.

Apagó su teléfono y lo dejó a un lado en la cama. Sin detener sus caricias cerró los ojos, cayendo en los brazos de Morfeo minutos más tarde.

Ambos se quedaron dormidos abrazados sobre la cama de la mayor.

¡MOTHER!- Seongjoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora