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—¿Y por qué no vamos a la casa de Yunho?, podemos jugar videojuegos o algo— sugirió el peli oreo dando un sorbo de su zumo.

—No, ni hablar— negó rápidamente el mencionado.

—¿Pero por qué?, siempre presumes de lo grande que es tu casa y de todos los videojuegos que tienes. ¿Que te cuesta por una vez ser tú el que pone casa?

—¿Y por qué tiene que ser la mía, no podemos ir como siempre a la tuya?.

—Tu lo has dicho, porque siempre vamos a la mía— respondió Hongjoong haciendo énfasis en el siempre.

—Vamos Yuyu, no vamos a romperte nada si es lo que te preocupa— habló esta vez Mingi.

—No es eso lo que me preocupa Min.

—¿Entonces, que te tiene tan preocupado?

—Primero, no se si mi madre me dejara que vengáis. Segundo, mi madre.

—¿Tu madre?— preguntó otra vez el castaño.

—Sí, verás... la última vez que llevé a unos compañeros de clase para hacer un trabajo se pasaron toda la tarde incomodándola— dijo rascándose la nuca —Ellos no paraban de decirme que es una Milf y que estaba demasiado buena para la edad que tiene. Lógicamente les dije que me molestaba que hablaran así de mi madre pero les dio igual, encima la pobre lo escuchó todo.

—Vaya cerdos, lo siento mucho Yun— dijo el peli oreo con una mueca —Si te sirve, sabes que nosotros no vamos a hacer ese tipo de comentarios.

—Ya lo se Hong, es solo que no quiero que mi madre se vuelva a sentir incómoda en su propia casa.

—Y tienes toda la razón amor, siempre puedes preguntar si ella está cómoda con eso, aparte, así conocería a mi suegra de una vez por todas— añadió Mingi haciéndole ojitos de cachorrito a su novio.

—Está bien, hoy le pregunto y les digo algo, ¿bien?.

—Muchas gracias Yuyu.

—Perfecto Yun, cualquier cosa nos dices.

[..]

Al fin era viernes, los tres chicos se encontraban en el coche de Yunho, de camino a su casa, pues la madre de este había accedido a que fueran a pasar la tarde.

Una vez llegaron a la casa del más alto, Mingi y Hongjoong esperaron en la entrdada hasta que su amigo les abriera la puerta principal, pues él había entrado por el garaje.

—Adelante, no rompáis nada si no queréis que os corte una mano— comentó con una sonrisa.

Los dos chicos se adentraron en la casa, observando todo lo que podían, bastante maravillados con la bonita decoración que esta tenía. Sin duda que la madre del alto tenía muy buen gusto.

—Mi madre todavía no está en casa, pero ha dejado preparados unos sándwiches por si queremos comer algo.

—Yo si quiero uno— se apresuró a hablar el azabache.

—Los cogeremos todos e iremos a mi habitación.

Con un tupper y unos cuantos refrescos, los tres amigo se dirigieron al cuarto del alto, mientras los invitados seguían observando todo a su paso.

—¡Pero serás cabrón!, no me habías dicho que tenías el Final Fantasy VII— exclamó el peli-oreo.

—¡Sorpresa!, lo compré con el dinero que me dieron mis abuelos cuando fui a verlos, todavía no lo he jugado, quería probarlo con vosotros.

—¿Y a que esperas?, vamos ponlo— respondió Hongjoong.

El alto soltó una pequeña risa ante el entusiasmo de su amigo, pues sabía que era muy fan de la saga.
Pasaron aproximadamente tres horas jugando cuando escucharon unos toquecitos en la puerta, para segundos después esta ser abierta, viendo como se asomaba una mujer.

¡MOTHER!- Seongjoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora