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Seonghwa estaba totalmente atónita, no esperaba que el menor se desesperara tan rápido por querer desvestirla.

Sin querer romper el contacto visual con la mayor acercó dos de sus dedos a la tela de encaje, acariciando sutilmente su parte sensible por encima de la tela. La azabache gimió por el ligero contacto, sin poder dejar de mirar al medio rubio a los ojos.

Hongjoong sonrió al notar la humedad a través de la tela, llevando sus manos al borde de la prenda para pasarla por esas delicadas piernas y dejarla a un lado en el suelo.

Agarró los muslos de la mayor para tirar de ellos, dejándola totalmente expuesta en el borde de el sofá, justo delante de su cara. Agarró las piernas de esta para posarlas en sus hombros y tener mejor acceso.

Le dedicó una última mirada antes de acercar su boca a su conjunto de nervios, lamiendo la zona de manera lenta, consiguiendo que la mayor suelte suspiros y dirija una de sus manos a su pelo sin ejercer fuerza, simplemente acariciando estos.

Succionó delicadamente el clítoris, logrando que la mayor tensara sus piernas sobre sus hombros y arrugara los dedos de los pies dentro de los tacones.

Siguió dando lametazos a su zona sensible cuando notó como la alta dejó escapar un gemido necesitado y empezaba a mover ligeramente la cadera. Dándose cuenta de que estaba cerca de su clímax decidió acelerar los movimientos de su lengua, importándole poco que que esta llegara a acalambrarse.

—Como pares ahora t-te mato— amenazó la mayor sintiéndose cerca.

El menor solo sonrió contra su intimidad, intercalando lamidas con succiones a su clítoris. Escuchó un fuerte gemido y como las piernas en sus hombros empezaron a temblar en ligeros espasmos, indicando que la mayor había llegado a su orgasmo.

Bajó poco a poco las piernas de Seonghwa, se relamió los labios mientras la miraba fijamente a los ojos. Esta respiraba con dificultad, sintiendo su cara caliente y sus labios hinchados.

Hongjoong se levantó del suelo para tenderle la mano a la azabache, quien la aceptó para levantarse con un poco de dificultad. Agarró la cintura de la mujer para acercarla a su cuerpo, pegando sus bocas con necesidad.

—¿Este era mi postre?— preguntó el medio rubio con vacile.

—Oh cariño, eso ha sido solo la muestra.

Dejando salir una carcajada agarró los muslos de la mayor para enredarlos en su cintura, llevándola hasta su habitación y tumbarla delicadamente en la cama, quitándose su camisa a la vez que Seonghwa se quitaba sus tacones.

Se agachó hasta sus labios, dejando caer su peso en sus brazos, que estaban apoyados a los lados de la cabeza de la azabache.

La mayor agarró la nuca del bajito para tener mejor acceso a su boca, enrollando también sus piernas en las caderas contrarias para acercar sus intimidades, arrancándoles a ambos un gemido necesitado.

Bajó sus besos por su mandíbula hasta su cuello, obligándola a estirarlo para dejarle más espacio en este. Siguió besando la extensión mientras sus manos subían lentamente el vestido.

Al notar que había llegado a la altura de su pecho, se apartó para poder sacárselo completamente. Admiró el cuerpo desnudo debajo suyo con hambre y asombro.

Recorrió su cintura con las manos, acercándose peligrosamente al borde de sus pechos, los cuales acariciaba con sus pulgares. Buscó la mirada aprobatoria de la mayor, sonriendo cuando la encontró.

¡MOTHER!- Seongjoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora