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La niña y el mando guardaron silencio mientras escuchaban la conversación entre chasquidos gracias al micrófono direccional de larga distancia que ambos tenían escrutados en sus cascos. Por lo que parecía, el cliente no quería al niño como una mascota, si no para... "Te ordeno que extraigas el material necesario y termines con esto" La voz del señor Helgait resonó furiosa a través de los micrófonos.

Bo-Katan hizo una mueca y ladeo su casco hacia Din, quien estaba pensando rápidamente en que ataque hacer, ambos estaban sobre el techo de otra casa de seguridad cercana a la que estaba el niño.

"Bajemos" Le susurró Mando a la niña "Es hora de ponernos manos a la obra"

Bo asintió y, de un salto junto al mandaloriano mayor, bajaron al suelo, ambos escondidos en un callejón en el cual se toparon la cápsula flotante del niño sobre un contenedor de basura.

"¿Lista?" Le preguntó a la niña, quien llevaba el rifle en su espalda, junto al jet pack.

"Elek, Vod"

Din se acercó a la entrada de la casa de seguridad, colocó un detonador térmico junto a la puerta y activó el temporizador. Lo que sucedería después se definiría como un éxito o falla, pero ambos sabían que no tenían otra opción.

Ya no había marcha atrás.

El explosivo tuvo la suficiente potencia como para sacar la puerta de su marco de metal, Din y la niña no dudaron en entrar a la casa de seguridad y avanzar entre el humo y las chispas que volaban por todas partes, al mismo tiempo que un grupo de soldados les daban la bienvenida.

"¡Bo!" Le gritó Din mientras desenfundaba su blaster y comenzaba a disparar, la niña no se quedó atrás.

A pesar de que el rifle era casi del tamaño de ella, Bo logró darle un buen manejo, disparando rápido y certero, matando al menos seis de ellos en menos de tres minutos.

"Sigamos" Dijo Din mientras pateaba la segunda puerta de seguridad que daba hacia la oficina en donde los había recibido el señor Helgait. Cuando ingresaron, Din y la niña desbloquearon la entrada de la otra puerta más sencilla que daba hacia lo que parecía un laboratorio en el que estaba el joven médico a punto de hacerle algo al niño.

"¡Por favor!" Gritó el médico al ver a los mandalorianos, Din lo agarró del cuello y lo alzó un par de centímetros en el aire mientras Bo-Katan lo apuntaba con el rifle y, se acercaba al bebé para comprobar si estaba bien "¡Estoy tratando de salvarlo! ¡Soy la única razón por la que sigue vivo!" Chilló el médico entre el pánico, suplicando por su vida.

Din dejó caer al médico, quien se arrastró bajo una camilla, lleno de pánico, Bo bajó y acomodo el rifle tras su espalda y, sostuvo al bebé "¿Esta bien?" Preguntó a la niña.

"Parece que solo está dormido, Vod" Murmuró mientras lo acurrucaba contra su pecho.

Din asintió, ambos rápidamente se dieron la vuelta para regresar al corredor y salir de ahí. Más soldados aparecieron y ambos mandalorianos se preguntaron de dónde salían tantos, Din cubrió el cuerpo de la niña con el suyo, bloqueándola de posibles disparos mientras él, sin remordimiento alguno disparaba y mataba a cada uno de los soldados que aparecían frente a ellos.

Un disparo rozó la hombrera de la niña, Din gruñó al notarlo. "Tenemos que salir rápido de aquí" Murmuró.

"¡Suelta tus armas, mandaloriano!" Gritó uno de los soldados quien era respaldado por otros cuatro más "Deja el activo y te dejaremos vivir"

La odisea de Bo-Katan Kryze y Din DjarinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora