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El guantelete de Din Djarin atravesaba la oscuridad del espacio, su color negro destacaba contra las luces lejanas de estrellas y planetas que rodeaba las cercanías de la frontera de la capital. Frente a ellos, Coruscant, se mostraba en toda su majestuosidad. Un gigantesco planeta cubierto por una interminable red de ciudades, con torres que rozaban el cielo, autopistas aéreas llenas de tráfico y un horizonte envuelto en luces brillantes.

Bo-Katan, hizo una mueca una vez y entraron al espacio aéreo, la niña no se veía muy contenta pero Din sabía el por qué.

"Animo, Bo, le diremos a los Jetti que nos permitan visitar al bebé" Le prometió Din mientras la voz del uno de los controladores del puerto le daba la bienvenida y lo invita e indicaba dónde aterrizar.

La niña guardo silencio, observó al bebé que en su pequeña cápsula flotante, emitió un suave balbuceo, aparentemente fascinado por las luces de Coruscant. Posiblemente era la primera vez del bebé en la capital. Y, tanto la niña como el mandaloriano mayor se preguntaron el origen del pequeño bebé. Tal vez los Jedi podrían averiguarlo, con su brujería.

"¿Si crees que los Jedi nos dejen visitar al bebé, Vod?" Preguntó la pequeña pelirroja con incertidumbre en la voz.

"Estoy seguro" Le murmuró mientras sostenía con fuerza los mandos del guantelete. "Ahora, busca tu casco, Coruscant es un lugar peligroso, a pesar de su apariencia civilizada, Bo"

La niña soltó una risita "Me dijiste lo mismo la última vez que estuvimos aquí, Vod"

El guantelete descendió suavemente, integrándose en las interminables corrientes de tráfico aéreo. Las naves zumbaban alrededor de ellos, y las luces de los rascacielos titilaban al acercarse. Finalmente, aterrizaron en una plataforma asignada y una vez los temblores en la nave desaparecieron. Din se permitió respirar.

"Estamos aquí" dijo Din con voz suave mientras se coloca a de pie, miró a Bo-Katan y luego al bebé quien parecía prestar atención a sus palabras, algo raro en el niño.

"Tenemos que estar alertas, no sabemos que podemos encontrarnos con otros interesados en el niño"

La niña asintió, colándose el casco "Si los Jedi no quieren al bebé ¿Podemos quedarnos con él?"

Din no pudo evitar reír mientras salían a pasos lentos del guantelete, bajando la rampa "¿Y por qué no querrían la bebé, Bo?"

La niña pareció pensarlo "He. . ¿Es un muy mayor?"

El mandaloriano negó al escucharlo aunque tenía que admitir que era adorable la escusa "¿Mayor?"

"¡Tiene cincuenta años, Vod, recuérdalo!"

Din se rió nuevamente y suspiro, observó la pantalla de navegación de su brazalete y busco la forma mas rápida de llegar al templo Jedi.

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El sonido metálico de herramientas resonaba en el hangar mientras Peli trabajaba diligentemente en uno de sus droides. La luz de los soles gemelos, y el calor abrazaba cada rincón del lugar, haciendo que las gotas de sudor rodaran por su frente. Estaba concentrada, ajustando un par de cables oxidados, cuando sintió una presencia detrás de ella.

"Creo haberte dicho que te largaras de mi Hangar" Se quejó la mujer al voltearse y ver la armadura de color azul, Peli se volteo nuevamente al droide mientras terminaba de ajustar los cables "¿Dónde están tus amigos?"

La odisea de Bo-Katan Kryze y Din DjarinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora