La odisea de Bo-Katan Kryze y Din Djarin

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Din decidió recolectar algo de información sobre los bandidos que tenían como deporte saquear la pequeña aldea, los pobladores que la habitaban eran gente humilde que se sustentaba por sus propios medios, si bien, inicialmente no había estado de acuerdo con colaborarles, ahora su perspectiva había cambiado sutilmente. Tal vez una buena pelea lo ayudaría a sentirse mejor.

"Los bandidos siempre nos atacan desde ese lado" Informó Stoke al mandaloriano señalando el camino que los saqueadores siempre tomaban "Hemos vivido toda la vida aquí, es todo lo que tenemos"

Din asintió ligeramente "Bien, echaré un vistazo" Indicó "No los pierdas de vista" Le pidió, refiriéndose a los dos niños que seguían en el granero.

El joven asintió, aunque no es como si él pudiera hacer mucho para cuidarlos, estaba seguro de que la niña mandaloriana le salvaría el trasero si en algún momento estuvieran en peligro. "Haré lo mejor posible, señor"

Din evitó bufar y siguió el camino que le había indicado el joven aldeano, había un par de cosas interesantes que le indicaron rápidamente que no se enfrentaba a bandidos comunes, había algo más. Las marcas en la tierra eran de maquinaria pesada y ramas demasiado altas que se encontraban rotas.

Eso no le gustó.

Al parecer necesitaría ayuda.

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"Entonces... ¿Estamos persiguiendo una banda de ladrones a cambio de dinero para el almuerzo?" Preguntó Cara luego que el mandaloriano le explicara la situación en la que se encontraba.

Cien créditos era lo que le había ofrecido por su ayuda, demasiado poco la verdad, pero ella estaba aburrida, si bien, estaba en servicio activo en su cargo, algo de diversión extra no estaba mal.

"¿Demasiado para ti?" Le preguntó el mandaloriano, casi fue un reto en su voz, Cara no pudo evitar sentirse ofendida por eso.

"Guía el camino" Se quejó ella, buscó sus armas y siguió al mandaloriano quien no le dijo cuántos kilómetros tenían que caminar para llegar al pueblo en el que ahora se alojarían por lo que ella esperaba fueran un par de horas.

Llegaron casi al anochecer, pero antes que oscureciera por completo, el Mando la guío hasta las marcas que este había encontrado en el suelo.

Si al hombre no le gustó, mucho menos a ella.

"Un AT-ST" le dijo la soldado de choque al mandaloriano "Esto es más de lo que me comprometí" Cara creía en sus capacidades de batalla, hasta la fecha había sobrevivido gracias a ellas, pero... tampoco estaba tan loca para enfrentar en solitario a un maldito transporte de exploración todo terreno.

"Esto no les va a gustar" Murmuró Din, evidentemente, tampoco se iba a dejar matar por un maldito explorador equipado con blasters de ráfaga rápida y menos por trescientos créditos.

Cara asintió, si bien, no había sido presentada formalmente, ni lo necesitó. El mandaloriano le pidió a uno de los líderes del pueblo que reuniera a toda la gente para darle lo que para él eran malas noticias.

"¿Qué hace ella aquí?" La voz de la niña distrajo a la soldado de choque.

La niña pelirroja cargaba al pequeño bebé verde que parecía dormitar en sus brazos. Evidentemente, no era del agrado de la pequeña mandaloriana y no es que la pequeña le agradara demasiado, estaban a mano.